VISITAS

lunes, 30 de enero de 2012

Marcha contra las Alzas en el TRANSANTIAGO-METRO



La primera semana de Febrero el sistema de transporte Metropolitano, Transantiago, tendrá una nueva alza de $20 en el pasaje, por lo cual haremos presente nuestro RECHAZO el día Sábado 4 de febrero, a las 10:30 horas, en Ahumada con Alameda, en un mítin de rechazo a las alzas del Transantiago: por un transporte colectivo digno, de calidad y estatal para todos.
Esperamos una participación activa y consecuente de todos quienes están por levantar las demandas más urgentes y anheladas de nuestro pueblo.

Esperamos, como siempre, contar con la presencia comprometida de quienes desprecian las injusticias y desean un cambio profundo de las inequidades de este modelo neoliberal.

PORQUE BASTA DE ALZAS INJUSTIFICADAS
FRENTE AL ALZA DEL PASAJE
¡EVASIÓN Y PROTESTA!

Invitación Acto Político Cultural por el XIII Aniversario de la Revolución Bolivariana de Venezuela.

sábado, 10 de diciembre de 2011

INVITACIÓN.-



Como una forma concreta de conmemorar un nuevo aniversario del nacimiento de J. Stalin quién junto a C.Marx, F. Engels, V. Lenin , es considerado un clásico del pensamiento proletario. comunista y también como un importante aporte a formaciòn de los nuevos revolucionarios, de los luchadores obreros y populares, de los comunistas, es que por decisión del Comité Centra del PC(AP), se hará un lanzamiento de la imprescindible obra de J. Stalin "Los Fundamentos del Leninismo".

La actividad se llevara a efecto el día miércoles 21 a las 19:00 hrs. en el local de Av. Matta 692 Santiago.

El valor por ejemplar es de $ 2.000, es esta una buena oportunidad de contar con un excelente e inolvidable material de formación marxista, en las actividades de fin de año.

Esperamos contar con su necesaria asistencia.


Comisión Nacional de Comunicaciones

Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC(AP)

lunes, 31 de octubre de 2011

POR LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS, CON SIRIA Y SU PUEBLO.

Eduardo Artés
Primer Secretario del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) - PC(AP)



Una vez consumado el genocidio sobre el pueblo de Libia y el magnicidio de su dirigente, del coronel Gadafi, de instalado el dominio militar imperialista de la OTAN y de sus mercenarios y criminales extranjeros, de la recolonización del país. Los jefes del imperialismo, particularmente del norteamericano, partiendo por el cabecilla de la Casa Blanca, Barack Obama, hasta el senador Mc Cain, se han manifestado con amenazas directas contra quienes No quieren acatar su bastón de mando y han colocado como centro inmediato y urgente de sus intrigas y agresión a Siria, a su gobierno encabezado por Bashar Al-Asaad y el Partido Baath Árabe Socialista.

Barack Obama morbosamente satisfecho por todas las fechorías y aberraciones realizadas sobre el cuerpo del coronel Gadafi, ha amenazado con ese destino para todos los “dictadores”, es decir, a todos los que no estén dispuestos a ser marionetas y luchen por el autogobierno, la soberanía y el régimen social propio, que los pueblos soberanamente, de acuerdo a sus intereses, se den a sí mismos. Mc Cain ha sido mucho mas explícito, a dicho que: “Ahora que las operaciones militares en Libia están terminando, habrá una atención renovada en qué operaciones militares prácticas se podrían considerar para proteger a la vida de civiles en Siria”. Como un elemento importante a tener presente, está el hecho que para fines de año los norteamericanos pretenden tener fuera de Irak a la mayoría de sus fuerzas de ocupación, Obama ha dicho que a todas (dejarán a los instructores, asesores, es decir, a los verdaderos mandos del ejército títere y los cuerpos de seguridad, verdaderos ejércitos de mercenarios extranjeros, con algunos chilenos incluidos), de manera que el imperialismo yanqui podrá disponer de un importante número de tropas, hasta hoy inmovilizadas en Irak. 

A partir de los levantamientos populares en Egipto y Túnez contra las dictaduras pro imperialistas que allí gobernaban, así como los que ocurren hoy en el Yemen, que algunos han denominado erróneamente de “revoluciones”, las que a la vuelta de la esquina, y por falta de una dirección verdaderamente popular y revolucionaria, están dando “la vuelta del perro”; desde el fundamentalismo religioso mas oscurantista, están asegurando a los reaccionarios en ambos países el poder, y con ello, el dominio de los imperialistas. Los EEUU y su instrumento, la OTAN, con el concurso de la mafiosa maquinaria del Estado sionista de Israel, se centraron en Libia y Siria, que se han manifestado en oposición y resistencia a la dominación imperialista y sionista, y que en el caso de Siria, su claro compromiso con la causa de Liberación Nacional del pueblo Palestino, los imperialistas tratan de presentar, de hacer pasar la agresión directa, su cínico aprovechamiento de contradicciones sociales y políticas existentes al interior de esos países, a los mercenarios armados y a bandas de criminales autoreclamadas de “rebeldes”, como similares a los levantamientos en los países antes nombrados; con Libia ya han conseguido momentáneamente su objetivo, hoy su centro y agresión es Siria.

La destacada analista internacional rusa, Laila Tajeldine, que no es comunista ni funcionaria del gobierno de Siria, sostiene que: “Es probable que EEUU siga agravando la situación en Siria, provocando más muertes…con el apoyo armamentístico que le está dando a los mercenarios en el país, para así justificar una medida del Consejo de Seguridad de la ONU, o una intervención propia de la OTAN”.

La intervención imperialista en Siria es multifacética y va desde la desinformación, al ocultamiento de la misma, hasta los montajes mas descarados, los que una vez descubiertos, los medios informativos en manos de los monopolios no desmienten, instalando la mentira como verdad, esto es muy conocido, pero es necesario detenernos en algunos hechos. “Amnistía Internacional” dio a conocer por todo el mundo el caso de Zainab, una joven Siria, hermana de un opositor al gobierno de Damasco, cuyo cuerpo supuestamente fue descuartizado después “de ser” secuestrada, torturada y asesinada por la policía de Siria, la prensa internacional colocó a Zainab como el “símbolo” de la oposición, como la mejor muestra de la “barbaridad” del régimen Sirio, a los pocos días Zainad aparece en la televisión de Siria con vida y desmintiendo todo, explicando que ella se había ido de su casa por conflictos con sus hermanos, porque uno de ellos le había pegado; ni “Amnistía Internacional” ni la gran prensa, dijo nada, simplemente se olvidaron de Zainad e inmediatamente fueron en búsqueda de “nuevas” muestras de la represión de la “dictadura” de Damasco.

El embajador yanqui en Damasco interviene directamente apoyando a las bandas armadas de mercenarios, que como observamos en los noticiarios, son presentadas como “pacíficos manifestantes”; es interesante observar a la policía de Siria, generalmente sin armas, mientras que los minúsculos grupos de “manifestantes pacíficos” armadazos hasta los dientes, realizando sus atentados en solitario y luego desapareciendo. Con justa razón miles de sirios se han manifestado frente a la embajada de EEUU y le han arrojado huevos, tomates y otros.

Los Sirios, y así lo afirman los sectores progresistas del país, desde el propio gobierno de Bashar Al-Asaad y del Partido Baath Árabe Socialista, están centrados en la UNIDAD nacional para enfrentar la agresión imperialista-sionista, y para ello, se están llevando adelante acciones en el plano económico que aseguren mas bienestar a la población, al tiempo que se trabaja por el desarrollo político, por una nueva constitución política, que garantice y que de cuenta con mayor fidelidad de las demandas y aspiraciones actuales de las mayorías del pueblo Sirio.

Shaaban, asesora del Presiente de Siria, a dicho con claridad: “Queremos construir una democracia y el pluralismo, pero protegiendo nuestra cultura y nuestra individualidad. No queremos ser una copia de occidente. Somos árabes. Somos musulmanes y cristianos, somos árabes y tenemos 7 mil años de historia. Somos una civilización rica, así que no queremos beber Coca Cola y comer McDonlads. Tenemos nuestra propia comida, nuestra propia bebida, nuestra ropa, cultura, tenemos nuestra educación, por eso queremos ser demócratas a nuestro modo, No al suyo”.

El 12 de octubre, sólo en Damasco, más de un millón de manifestantes salieron a las calles contra la intervención imperialista-sionista, por la soberanía nacional, por el derecho a tener sin ingerencia imperialista el gobierno que ellos, el pueblo sirio estime. Ahora la voz la tenemos los pueblos y trabajadores del mundo, los patriotas, progresistas y revolucionarios, quienes nos reclamamos desde el antiimperialismo, desde la soberanía de los pueblos, desde la justicia social, y en nuestro caso, también y además, desde el Socialismo y el Comunismo, hacemos un llamado al todos a reflexionar, aNO caer en las trampas imperialistas, a NO temer a asumir una posición firme y consecuente anti yanqui, anti sionista y anti OTAN, a luchar por la paz y la NO injerencia en Siria, a que NO puedan recolonizar a Siria como hoy lo hacen con Libia.

27 de octubre de 2011

viernes, 21 de octubre de 2011

Homenaje de los comunistas a Ernesto Che Guevara. Breve biografía política de su lucha revolucionaria.




A los 44 años de la muerte del Che, los revolucionarios del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria), PC(AP), no podíamos dejar pasar dar un homenaje a esta figura perteneciente a todos los explotados y oprimidos de la tierra, pero que bajo su lucha abnegada él sostenía la ideología del proletariado, el marxismo leninismo. Esperamos que esta pequeña, pero necesaria biografía politica ayude al entendiemiento de lo que fue el Che, sus luchas y el por que es necesario recordar y seguir su legado.
"Podrán morir las personas, pero jamás sus ideas."





Homenaje de los comunistas a Ernesto Che Guevara. Breve biografía política de su lucha revolucionaria.

Desde las trincheras revolucionarias del comunismo, desde el Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria), PC(AP), levantamos y recordamos la obra de este gran revolucionario de los pueblos del Mundo, nos referimos al Camarada Ernesto "Che" Guevara. Queremos homenajear a este gran hombre de la lucha anti-imperialista, revolucionaria de los pueblos oprimidos y explotados de la Tierra en pos del mañana rojo y socialista que los opresores pretenden evitar.


Nuestro objetivo no es recordar al Che Guevara como una polera de moda, o un simple logotipo comercial, nuestro objetivo es develar al revolucionario comunista que la prensa y el imperialismo han pretendido negar, al revolucionario que lejos de darle favor al oportunismo, es propio de levantar para quienes estamos con el marxismo leninismo.


Nuestro humilde homenaje como Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC(AP), es sacar a la luz su pensamiento revolucionario para empuñarlo contra los imperialistas, sus lacayos nacionales y contra los que hoy de forma oportunista levantan a un comunista como el “Che” que nunca estuvo, ni estaría a favor de arrodillarse para recibir enmiendas de los explotadores y capitalistas, a cambio de migajas electorales o cupos con los neoliberales.

El defensor del Internacionalismo Proletario en la lucha del Movimiento Comunista Internacional


Los comunistas, que en Chile integran el PC(AP), nos indigna y repugna que aprovechándose de la ignorancia y del respeto y admiración que despierta la figura del Che, elementos ajenos a su ideología: revisionistas, trotskistas, oportunistas y otros elementos nocivos para el movimiento popular, profiten de su imagen y la hagan suya deformándola en beneficios muy alejados a los de la liberación nacional y social. Quizás muchos lo ignoren, pero el Che fue un decidido crítico de la línea revisionista, anti-marxista y burguesa que dividió al Movimiento Comunista Internacional en 1956, después de tres años de muerto Stalin, y al haber tomado el Poder una camarilla anticomunista, burguesa-burocrática, vestida de rojo, pero que en su esencia era enemiga de la ideología del proletariado. Esta línea ajena al comunismo debuta y se expone con las tesis anti-marxistas del XX congreso del PCUS, dirigido por Nikita Jhrushev; tesis que rechazaban fundamentos del Marxismo como la necesidad INEVITABLE, por parte de las clases oprimidas, guiadas por el proletariado, de romper el aparato estatal burgués mediante la lucha armada, para ejercer su Estado de Dictadura en contra de los explotadores.


Como "Alternativa", aconsejaban a los PC`s de países capitalistas una transición pacífica y electoral al socialismo, usando la institucionalidad burguesa. Pero la historia de las sociedades daban por negada esta tesis anticientífica, demostrando que ninguna clase social, ha salido del escenario de la historia entregando sus intereses sin la resistencia y lucha más encarnizada.

La misma historia dio la razón a los que junto al Che defendieron la línea revolucionaria. La línea revisionista llevó al P”C” de Chile y al de Indonesia a procesos democráticos, populares y antiimperialistas, usando la democracia burguesa y con las manos desarmadas. Ambos procesos fueron aplastados por los militares fascistas, como era normal que sucediera, y los militantes populares pagaron caro su revisión del Marxismo, esto lo demuestra la terrible experiencia del Golpe de Estado de 1973 que fue el comienzo de una dictadura militar fascista que mato a miles de los mejores luchadores el pueblo chileno.


El Che, en "Apuntes críticos a la economía política"* dice lo siguiente a los revisionistas soviéticos que, en el "Manual de economía política" (de los tiempos de Jruschov), pintan un proletariado pacifista y una dictadura del proletariado que rechaza la violencia: “Oportunismo de poca monta. La Dictadura del Proletariado es un régimen de violencia contra los explotadores; esta claro que la intensidad de la lucha depende de la resistencia de los explotadores pero nunca será un régimen de agua de rosas, o se lo comen" (pág 112). En otra parte el Manual soviético menciona la posibilidad de que el proletariado "llegue al poder" mediante el parlamento burgués; el Che comenta con desprecio "Esta cantinela del parlamento no la creen ni los italianos, que no tienen otro Dios" (pág.110). Con el mismo tono despectivo, el Che comenta el manual, cuando dicen que en Europa del Este la Revolución Socialista fue pacífica: "Esto parece escrito para niños o estúpidos. ¿Y el ejército soviético? ¿Qué? ¿Se rascó los huevos?" (pág 119). El Che también comenta "El izquierdismo, enfermedad infantil en el comunismo" y toma el ejemplo del Partido Comunista Alemán, que a juicio de Lenin, ha desviado al parlamentarismo, para arremeter contra el XX congreso: "El Partido Comunista Alemán pretende impedir que la democracia Burguesa actúe como dictadura del capital, lo que es negar su esencia. Esta es la tesis del XX congreso y de los Italianos. Lo que en Lenin era una posición táctica para desenmascarar a la burguesía, aquí se ha convertido en estrategia. Este folleto marca el inicio de una lacra en las relaciones de los partidos, la supeditación de la estrategia nacional del proletariado a la política soviética" (Pág.230).


De la correcta dirección Leninista del Comintern de Lenin y Stalin pasamos a la dirección anti-marxista de Jhrushev, y hasta el día de hoy, las cúpulas partidarias adherentes al XX congreso se han vuelto prácticamente un obstáculo para la emancipación popular. Otra de las falacias del revisionismo fue declarar el capitalismo y la reacción vencidos para siempre en la URSS, y que, por ende, la Dictadura del Proletariado ya no era necesaria, y ahora la dictadura era de “todo el pueblo”. El che, firme en la vigilancia revolucionaria, dice: "El Estado de todo el pueblo no tiene objeto, puesto que el Estado es el instrumento de dominación de una clase sobre otra", (pág.169) siendo fiel a la definición marxista del Estado y no a los sueños socialdemócratas e idealistas sobre la sociedad. Su opinión parece profética cuando vemos que muchos burgueses y explotadores rusos son ex funcionarios estatales y del ex PCUS, los llamados empresarios rojos, que en su época sirvieron a la "dictadura de todo el pueblo".

El Che no sólo rechazó el revisionismo de Jruschev, sino que también criticó el ultra-izquierdismo, anti-leninista, expresado en la corriente trotskista, criticando a este oscuro individuo, Trotsky, y a sus secuaces: "Yo creo que las cosas FUNDAMENTALES en que Trotsky se basaba estaban erróneas, que su actuación posterior fue una actuación errónea, e incluso, OSCURA en su última época. Y que los trotskystas no han aportado NADA al movimiento revolucionario en ningún lado. Donde hicieron mas, que fue en Perú, en definitiva, fracasaron porque los métodos son malos" (PG 402). Golpea a ambas corrientes anti-comunistas cuando declara sobre la URSS de Jhrushev "…el estudio sereno de la teoría marxista y de los hechos recientes (resoluciones del XX congreso-redactor) nos colocan en la posición de críticos de la URSS, posición que se ha convertido en un oficio para muchos oportunistas que lanzan dardos desde la extrema izquierda para beneficio de la reacción." (pg 30). No puede haber peor estafa política que trotskistas y revisionistas reivindicando la figura del Che.


El Che Guevara llegó a tener posturas muy duras hacia la URSS revisionista (Post XX congreso) y los que adherían a su política, no sólo de la vía pacífica, sino también sobre la coexistencia pacífica y el apaciguamiento de un imperialismo yanqui, que frente a la política vacilante y conciliadora del Kremnlin, se volvía aún mas agresivo. La URSS, en un servilismo repugnante al imperialismo yanqui, llegó a votar la entrada de la España Fascista de Franco en la ONU y a tener relaciones amistosas y apoyar indirectamente, mediante fluidos intercambios, a varios regímenes y dictaduras anti-populares y fascistoides, como la dictadura militar Argentina, mientras que exhibía una actitud arrogante, de potencia capitalista, con países socialistas como China Popular y la pequeña, pero valiente, Albania Socialista. Tomaremos citas de discursos publicados bajo el titulo "Justicia Global". Su "Mensaje a la tricontinental" fue una genial y decidida negación de la coexistencia, la vía pacífica y el apaciguamiento. "El imperialismo norteamericano es culpable de agresión; sus crímenes son inmensos y repartidos por todo el orbe. ¡Ya lo sabemos señores! Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam parte inviolable del territorio socialista, corriendo, si, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a tomar una decisión a los imperialistas norteamericanos." Nunca fue un oportunista ni un ingenuo, dijo la verdad a los explotados, sobre la necesidad inevitable de la lucha armada "La línea de acción se reduce en el momento actual al uso brutal de la fuerza para impedir movimientos de liberación del tipo que sean". "…los ejércitos de TODOS los países de América están listos para aplastar a sus pueblos". Muchos militantes populares Chilenos debieron haber escuchado al Che en su "Mensaje a la tricontinental". Los lamentables hechos del 11 de septiembre no son más que la confirmación de las tesis fundamentales de Marx, Engels, Lenin y Stalin, recogidas por el Che. En el mismo discurso, el Che nos presenta sus concepciones leninistas sobre el imperialismo y la revolución: "Es absolutamente justo evitar todo sacrifico inútil, por eso es tan importante el esclarecimiento de las posibilidades efectivas que tiene la América dependiente de liberarse en forma pacífica. Para nosotros está clara la solución de esta interrogante; Podrá ser o no el momento indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello, de lograr la libertad sin combatir".

* El Che junto a Kim Il Sung, Líder, comunista y revolucionario Norcoreano. critico del revisionismo Jruschovista.


Para finalizar esta caracterización ideológica del Che, destacamos su creencia en la necesidad de una vanguardia, el papel de los dirigentes y la conciencia comunista. Recordamos sus palabras en "El Socialismo y el Hombre": "El partido es una organización de vanguardia. Los mejores trabajadores son propuestos por sus compañeros para integrarlo. Este es minoritario pero de gran autoridad, por la calidad de sus cuadros… Y a esa educación va encaminado el trabajo. El partido es el ejemplo vivo; sus cuadros deben dictar cátedra de laboriosidad y sacrificio, deben llevar, con su acción, a las masas, al fin de la tarea revolucionaria, lo que entraña años de duro bregar contra las dificultades de la construcción, los enemigos de clase. Las lacras del pasado, el imperialismo…".


"…A Lenin, jefe de esta revolución, le corresponde también el mérito teórico de haber dilucidado el carácter que tomaba el capitalismo bajo su nueva forma imperialista, y enunciando el ritmo desigual que asume el desarrollo de la sociedad (como en toda naturaleza, por otra parte), previendo la posibilidad de romper la cadena imperialista por el eslabón mas débil y convirtiéndola en hechos".


Un hecho que nadie puede pasar inadvertido es la admiración que siente el Che por la figura de José Stalin, camarada que suele ser centro del debate y la guerra ideológica entre los militantes de la línea proletaria Marxista-Leninista y la reacción fascista, la burguesía y sus agentes revisionistas. El Che estuvo del lado proletario cuando en una carta a su tía, estando él en Guatemala al momento del feroz derrocamiento del progresista Jacobo Arbenz, declara su decisión en la lucha anti-capitalista y la inspiración que encuentra en la persona de Stalin, expresado en estas palabras “…en el paso atravesaba los vastos dominios de la United Fruit, una vez más me pude convencer que estos miserables capitalistas son criminales, sobre un retrato del viejo y recordado Camarada Stalin juré de no concederme ningún descanso en tanto los miserables capitalistas no sean destruidos. En Guatemala voy a perfeccionarme a fin de lograr ser un autentico revolucionario…” Otro episodio es cuando el Che de visita en la URSS, algunos años después de que el traidor Nikita Jhrushev revisara y negara la justa dirección revolucionaria de Stalin, así como la integridad personal de este gran estadista y dirigente revolucionario de los pueblos del Mundo, el Che insiste en llevar una ofrenda de flores a la tumba de Lenin, y saliéndose del protocolo le deja otro a la tumba de Stalin, en tanto los altos mandos soviéticos se desajustaban los botones de sus cuellos al ver como este verdadero comunista chocaba con los intereses oportunistas de la ya degenerada y traidora dirección soviética.

*El Che reunido con Mao Tse Tung, ambos enemigos del revisionismo y defensores del marxismo leninismo.


En los “Apuntes críticos a la economía política” sale de nuevo en defensa no dogmática de su figura ya que, al igual que Mao Tse Tung, encontraba errores en su actividad pero que eran menores y comprensibles en su contexto. Los revisionistas acusaban a Stalin de no comprender y no aprovechar la potencialidad de las relaciones mercantiles en la producción, relaciones que este veía con malos ojos y aspiraba a reemplazar por intercambios directos de productos entre la industria y la agricultura: "... En los llamados errores de Stalin está la diferencia entre una actitud revolucionaria y una actitud revisionista. Se debe ver a Stalin en el contexto histórico en el que se desarrolló, no debe vérselo como una especie de bruto, sino que se lo debe apreciar en ese contexto histórico particular...”. Aquel ve el peligro de las relaciones mercantiles y trata de salirles al paso rompiendo lo que se opone, la nueva dirección, por el contrario, cede a los impulsos de la superestructura y acentúa la acción mercantil, teorizando que el aprovechamiento de estas palancas económicas llevan al comunismo." (pág 214). Gracias a su pensamiento y practica revolucionaria se encontró el motivo por el cual tanto a imperialistas abiertos, como a los que se disfrazaban desde la izquierda, la vida del Che era algo indeseable, por lo mismo, es sabido que los revisionistas pro soviéticos de aquel periodo mostraran una actitud de desconfianza y hostilidad hacia el “Che”, cortándole sus líneas de refuerzos y suministros en muchos casos, lo cual provocó en sus últimos días el facilitamiento de su captura y posterior y lamentable muerte en la selva boliviana, atrapado por el ejército regular bajo las ordenes de la propia CIA, es ejecutado el 8 de Octubre de 1967.


Si bien el Che Guevara se alinea con una corriente ideológica precisa, con el marxismo leninismo y no con otras, nadie puede arrogarse el derecho exclusivo de levantar su imagen, porque su imagen pertenece eternamente a aquellos por quienes él entregó su vida: Los explotados y oprimidos del mundo con los cuales vivió, luchó y por ellos murió, en búsqueda de la liberación nacional y social, en búsqueda y lucha por la revolución popular y el socialismo.

* Revisionismo: Falso comunismo, revisión de los principios generales del marxismo leninismo en beneficio ajeno a los intereses de la clase obrera y los explotados, ajenos a la ideología y práctica del Partido del Proletariado.

Tendencia burguesa a la interpretación del marxismo à Deformación del comunismo.

Bibliografía:


* Citas tomadas de: "apuntes críticos de economía política" Ocean press, 2006 y "Justicia Global" Ocean press, 2002.

II FERIA DEL LIBRO REVOLUCIONARIO.



En el marco de las grandes movilizaciones populares, del despertar de las consciencias, te invitamos a la II Feria del Libro Revolucionario.

Viernes 04 de Noviembre- 18:00 hrs.
Av. Matta 692, esquina Santa Rosa

Encontraras Libros, Folletos, Revistas, Vídeos, Música, Afiches, Chapitas

En la ocasión se presentará ( por parte de su autor, Profesor Fabian Vasquez) el libro online:
"Entre el Socialismo y el Comunismo"
¿Por qué no hubo Revolución Proletaria en 1932?

Organizan:


Centro de Cultura y Ciencia Socialista
Periódico "Remolino Popular"
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria)

Te esperamos a ti a quienes tu puedas invitar.

sábado, 17 de septiembre de 2011

El comunismo es posible



Carlos Pérez Soto
Profesor de Estado en Física


La izquierda ha dejado de hablar del comunismo. Los tiempos son difíciles, ya se sabe. Pero yo tengo la impresión de que esto es un indicio más de como y hasta que punto hemos perdido el horizonte de nuestras luchas.

Por un lado, desde la bolchevización de los partidos marxistas, bajo la Tercera Internacional, la palabra comunista empezó a designar más un bloque de partidos y movimientos actuando en la política contingente que un modelo de sociedad posible. De esta manera discutir sobre comunismo llegó a ser una cuestión de política inmediata, hasta el punto de que dentro de la misma izquierda muchos prefirieron evitar ser llamados comunistas. Por otro lado la propaganda anti comunista se centró, como era lógico, en las acciones de los partidos y gobiernos que se auto designaron como tales, asimilándolos a todas las posturas dentro del campo marxista. Ambas tendencias, por este y por el otro bando, contribuyeron a ligar el término “comunismo” al destino de las iniciativas marxistas y, en particular, a las características y destino de los países cuyos gobiernos decían buscarlo.

No tengo que explicar que todos esos gobiernos se fueron catastróficamente al hoyo, en menos de cinco años, dando lugar a un conjunto de países bananeros que tratan de sobrevivir a la marea del saqueo neoliberal y el bandidaje. Los pocos que aún podrían considerarse herederos del bloque socialista o se están acomodando a grandes trancos a la lógica del mundo capitalista, o están arruinándose lentamente bajo la presión del bloqueo económico y la falta de respaldo de los países que los sostenían. Para muchos, con alegría y alivio en la derecha, con resignación forzada o alivio oportunista en la izquierda, estas catástrofes han significado “el fin del comunismo”.

Pero, ¿cómo podría entenderse el fin de una sociedad posible?. ¿En qué sentido algo que aún no ocurría puede haberse acabado?. Quizás lo que quieren decir, de manera trivial, es que sin “los comunistas” ya no se puede esperar que se llegue al comunismo. Quizás lo que quieren decir, de manera más profunda, es que el fracaso de los países socialistas mostró que una sociedad comunista es simplemente imposible.

Dos cuestiones previas, una de tipo político y otra de tipo filosófico, son necesarias para volver a pensar la posibilidad del comunismo. Una es ser capaz de romper radicalmente con esas dictaduras infames que se llamaron a sí mismas socialistas que, consideradas de manera marxista, no fueron sino las dictaduras de unas clases burocráticas que usufructuaron del producto social a través de relaciones de explotación sobre sus propios pueblos. Otra es considerar la idea de “posibilidad” de manera post ilustrada, no como sinónimo triunfalista de “necesidad” sino en el sentido propio y fuerte de “posible”.

El desastre del socialismo real puede ser descrito y explicado de manera marxista. Para hacerlo es necesario asumir algunos puntos que son duros, pero que no contradicen lo que es esencial en el marxismo. Uno es entender al dominio burocrático como un dominio de clase. Esto significa que la propiedad social perfectamente podría ser un sistema de legitimación de una forma de explotación, y el centralismo democrático, elevado a forma de organización del Estado, una forma de ordenar el dominio totalitario sobre el conjunto del pueblo. Esto significa asumir que en nuestra política futura debemos estar prevenidos respecto de la posibilidad de que también el gobierno, por sí mismo, la clase política, por sí misma, puedan ser partes, con intereses propios, del bloque de clases dominante. Pero, otro punto, cuando hacemos la evaluación histórica de la relación entre lo que los bolcheviques quisieron hacer y lo que efectivamente ocurrió, es asumir la posibilidad de que la propia voluntad revolucionaria sea una voluntad enajenada. Es decir, que no podemos demostrar la transparencia entre la voluntad y sus resultados, no podemos garantizar los efectos que surgen de nuestros actos ... y, aún así, asumir que es preferible correr el riesgo. O mejor, asumir que estamos ya en pleno riesgo de nuestras vidas, y que queremos vivirlos intentando sostener nuestra voluntad ante la determinación histórica.

Este segundo punto está relacionado con la idea de “posibilidad”. El marxismo clásico frecuentemente planteó la perspectiva comunista como necesaria, es decir, tarde o temprano, de una u otra forma, las ruedas de la historia terminarían aplastando a los que quisieran oponerse a ellas, a su sentido progresivo, a su tendencia hacia el advenimiento de una sociedad sin clases. Por cierto esta necesidad nunca fue planteada como una necesidad “mecánica”. Siempre se enfatizó que sólo podía realizarse de manera efectiva a través del ejercicio de la consciencia y la voluntad de transformación. El comunismo sería resultado de ciertas leyes históricas que operaban a través de la acción consciente de los trabajadores. Sin embargo, como no había duda alguna en torno a la posibilidad de formar esa consciencia de cambios, esta participación de la consciencia no era sino un detalle en el plan general: las leyes de la historia actuarán de manera objetiva, las consciencias que se requieren para hacerlas operar son plenamente posibles. El resultado es que una sostenida acción revolucionaria podría garantizar que a la larga se alcanzaría el comunismo sin duda alguna. Para muchos esta confianza, este optimismo en buenas cuentas ilustrado, era una fuente de la fuerza con que se integraba e impulsaba la lucha, hasta el grado de alcanzar una consciencia cuasi mesiánica : hoy sufrimos, pero tiene pleno sentido, nuestros nietos serán felices.

No tengo que explicar a estas alturas que los aplastados por “las ruedas de la historia” una y otra vez hemos sido nosotros. La verdad es que, considerando el estado real del mundo, y poniéndonos una mano en el corazón, no le estamos ganando mucho a nadie. Ya no estamos en posición de mantener el optimismo triunfalista que las vanguardias marxistas del siglo XX sostuvieron como parte de su fuerza y su propaganda. Y es sano asumirlo y operar en consecuencia. El marxismo, y con él el modelo comunista de sociedad, ha perdido radicalmente su verosimilitud, sobre todo ante quienes más importa para una perspectiva revolucionaria : para los trabajadores mismos. Tratar de tapar este hecho de enorme magnitud política acudiendo a los muchos ejemplos aislados de luchas reivindicativas que se mantienen de manera heroica en diversos lugares del mundo es simplemente dar la espalda a la realidad flagrante y desastrosa. Es necesario volver a tomar contacto con la realidad de una perspectiva revolucionaria, más que con la permanente sucesión de ejemplos heroicos, que nunca dejará de consolarnos, pero que no logrará hacer más que eso.

Una condición mínima para esta vuelta a la cordura revolucionaria es abandonar el mesianismo explícito o implícito, la perspectiva triunfalista, el optimismo irreflexivo. Hay razones para ser optimista, lo que estas razones muestran es que el comunismo es posible, lo que no muestran ni pueden mostrar es que ocurrirá de manera necesaria. Es necesario asumir que es perfectamente posible que la humanidad persista de la explotación a la explotación, y de la estupidez a la estupidez eternamente, sin ir nunca más allá de la lucha de clases. Hoy es perfectamente incluso que los seres humanos sean simplemente exterminados por la irresponsabilidad suicida de las grandes potencias en una guerra nuclear, o en un desastre biológico, intencional o incluso accidental. El siglo XXI no será muy agradable para las perspectivas de la historia humana. El desastre ecológico, la miseria absoluta de cientos de millones de seres humanos, la violencia extrema en las grandes ciudades, los poderes nucleares, las armas químicas y bacteriológicas ... la lista es larga. Estos ya no son tiempos para optimismos ilustrados de ningún tipo.

Sin embargo yo creo que se puede defender racionalmente la idea de que el comunismo es posible. Y voy a ofrecer en lo que sigue lo que podría ser al menos la estructura del argumento que permite esta confianza que la razón le puede ofrecer a la voluntad para que pueda hablar, así como la voluntad puede ofrecer sus confianzas a la razón para que pueda pensar.

Muchos quisieran una sociedad mejor que esta. Los liberales son progresistas, los socialdemócratas pueden ser incluso radicalmente progresistas (cuando no se dejan arrastrar por el carro neo liberal). ¿Por qué entonces el comunismo?. ¿No se podría pensar simplemente un largo camino de reformas que vayan mejorando progresivamente las condiciones de vida?. El primer argumento que hay que esgrimir es que es justamente una revolución comunista la que hace falta, no una perspectiva reformista de largo aliento. Y la razón central es esta : los reformistas llegarán atrasados al exterminio de la tercera parte de la humanidad.

Los neo liberales tienen una política de desarrollo, una que favorece al capital financiero, que se basa en la depredación de los recursos, en la explotación extrema, en la inestabilidad endémica. Su camino hacia el “progreso” no está pensado para los trabajadores, menos aún para los pobres. Los burócratas tienen una política de desarrollo, que favorece al capital productivo, que eventualmente podría favorecer a los trabajadores integrados a la producción altamente tecnológica. Pero ni la burguesía, ni el poder burocrático, ni los neo keynesianos, ni los socialdemócratas, tienen un camino de desarrollo que pueda evitar que los marginados absolutos, los que no son ejército de reserva de nada, los que no cumplen ninguna función en el sistema económico mundial, ¡que son casi la tercera parte de la población mundial!, sean simplemente exterminados de hecho, por el SIDA, por la malaria, el ébola, las múltiples enfermedades de la pobreza absoluta, y las que los que consumen generan en sus organismos, debido al uso abusivo de los antibióticos para luego contagiarlas a los que no consumen y no tienen las defensas inmunológicas que podrían hacerlos resistir.

El siglo XXI será un siglo siniestro de peste, hambre, violencia urbana y marginación. El resultado será, ni más ni menos que el exterminio. Hay una solución capitalista y burocrática para la pobreza absoluta : los extremamente pobres simplemente morirán. Los que creemos que estas muertes, sean producidas directa o indirectamente, son simplemente un crimen contra la humanidad creemos que sólo un radical salto en los objetivos y modalidades del desarrollo podrá evitarlo. Ni el interés burgués, ni el interés burocrático harán nada por lograr este salto. Unos están atrapados en una lógica que conduce a la destrucción del planeta, los otros en una lógica en que administrar a los que consumen es suficiente para justificar su poder de clases. Sólo la perspectiva comunista es auténticamente amplia como para integrar a toda la familia humana.

Sin embargo, por mucho que esta perspectiva sea necesaria, por mucho que se justifique moralmente, perfectamente podría ocurrir que sea imposible. Que no existan ni las técnicas, ni las formas de organización social que puedan lograrla.

En este punto, curiosamente, el furibundo optimismo tecnológico, rayano en la adoración, de los intelectuales al servicio del capital y de la administración, suele ser contradictorio. Todo parece ser posible para la técnica, llegar a Marte, clonar seres humanos, construir computadores inteligentes, vigilar paso a paso a cada ciudadano, producir armas eficaces que puedan asesinar sin que el bando atacante sufra ninguna baja. Lo único que pareciera imposible es usar estas técnicas para construir una vida digna y de abundancia para todos los seres humanos.

No. Tenemos derecho a invocar su mismo optimismo y creer que es perfectamente posible una economía de abundancia sin depredación y sin explotación. Todas las técnicas que hacen falta para esto ya existen. En particular las que permitirían procesar la información necesaria para una economía global descentralizada, en manos de los productores directos.

Desde un punto de vista estrictamente técnico el comunismo es una sociedad en que el trabajo social se ha repartido entre todos de tal manera que, gracias al uso intensivo de la tecnología, sea posible reducir radicalmente la jornada laboral. En un mundo en que todos tienen que cumplir con una cuota de trabajo socialmente necesario del orden de 6 o 8 horas a la semana, la división social del trabajo no determinaría esencialmente nuestras vidas. La mayor parte del tiempo sería de trabajo libre. Ni la propiedad, ni la administración global serían necesarias. Esto, la superación del poder que desde la división social del trabajo domina nuestras vidas, es lo que Marx llamó comunismo.

Es importante notar que una sociedad de estas características no requeriría de Estado, ni de Mercado. Por supuesto habría gobierno, el ejercicio democrático del poder en cada comunidad local, pero el gobierno no estaría cosificado como instituciones por sobre la ciudadanía. Un gobierno que no sea una Estado. Por supuesto habría intercambio de bienes y servicios, a nivel local, a nivel global. Pero el intercambio no estaría cosificado bajo la forma dinero, ni estaría sujeto a otras leyes que las que sus autores quieran darle. Un intercambio que no sea mercantil. Desde luego seguiría habiendo división del trabajo, y trabajo socialmente obligatorio, pero su existencia no se levantaría ante nosotros dominándonos, y sus leyes y condiciones de ejecución no serían sino las que los productores directos quieran darles.

El comunismo es técnicamente posible. Todas las técnicas que son necesarias para llevarlo a cabo ya existen. Podría ocurrir, sin embargo, que aún así no sea viable. Es decir, aunque sea deseable y técnicamente factible, podría ocurrir que los seres humanos simplemente no quieran construirlo, y prefieran sus actuales condiciones de vida, aliviadas y mejoradas, antes que una revolución global.

Hay dos objeciones clásicas que apoyan esta idea. Una es que los seres humanos son por naturaleza egoístas, o que sus impulsos naturales los llevan a desear el poder, la ventaja, el agrado a costa del menor esfuerzo. Otra es que el capitalismo altamente tecnológico, apoyado en su poderoso sistema de comunicación social y en el uso a gran escala del endeudamiento, es capaz de mantener indefinidamente a los ciudadanos atrapados en las expectativas de consumo. O por egoísmo natural, o por consumismo adoctrinado, los trabajadores preferirían no poner en peligro, en lo sustancial, el sistema injusto en que viven. Y si lo hicieran, tarde o temprano resurgirían el afán de poder, o la avaricia natural.

Más que si hace falta o no, y más que si es posible o no, ésta es la verdadera discusión en torno a la posibilidad del comunismo. Sobre las estadísticas en torno a la marginación absoluta, o en torno a los desastres ecológicos o armamentistas, se puede obtener un relativo consenso. Al menos entre los sectores progresistas, entre los que no están cegados por la propaganda integrista y el fanatismo fascistoide. Sobre las posibilidades de un uso verdaderamente humano y solidario de la tecnología no parecen haber tampoco muchas dudas. Nuestras dudas más profundas tienen que ver más bien con lo que los seres humanos serían capaces de hacer. Lo que para la izquierda clásica era evidente, es decir, que todo hombre consciente, ilustrado, de buena voluntad, al que se le explicaran los antecedentes, terminaría por asumir una postura moral a favor de toda la humanidad, ya no lo es.

Por supuesto nunca es el argumentador mismo el que no es capaz de asumir esta postura moral, sino que se trata de “los hombres”, “los seres humanos” (“los otros”). Se nos dice que nuestros “ideales” son muy bonitos, que son altamente deseables, pero que “los hombres” no son capaces de llevarlos a cabo. Y esta expresión genérica, en que el hablante sólo se asume de manera indirecta, implícita, permite ponerle un límite a la discusión.

Ya nada es obvio. Ninguna de las confianzas de la izquierda clásica puede ser sostenida sin más. Es necesario argumentar no sólo sobre la información disponible, sobre la consciencia posible, sino incluso sobre los niveles previos a la consciencia misma. Es necesario dar una batalla más allá de la consciencia, en el sentido convencional del término. De hecho, la colonización de las consciencias por el sistema de dominación no está organizada en torno a la consciencia, o a la falta de información (estos eran los temas clásicos : a la gente le faltaría información y, por ello, le faltaría consciencia). La dominación altamente tecnológica se dirige más bien a las bases desde las cuales la consciencia se construye. Invadiendo el ámbito de la socialización primaria, totalizando el tiempo de descanso en torno a la industria del espectáculo, manteniendo el monopolio de los medios de comunicación más masivos y intensos, la dominación actual no necesita ilustrar, o educar, una consciencia conformista o resignada, es capaz de arraigar el conformismo y la resignación en las estructuras psíquicas más profundas.

Ante esto es necesario primero construir un argumento verosímil, una teoría que no conceda como obvia ninguna de las confianzas que teníamos, y que sea consistente a la hora de argumentar. En seguida es necesario pensar, desde ella, cómo dar esta batalla, ya no por la consciencia directamente, sino por la subjetividad como tal, desde sus estructuras más profundas.

Hay dos ámbitos distintos en torno a los que argumentar. Uno es el de la “naturaleza humana” que eventualmente impediría la solidaridad humana. Otro es el de la posibilidad de una manipulación indefinida de la subjetividad por la dominación imperante. A partir de esto hay dos ámbitos correspondientes en torno a los cuales construir políticas, formas de acción concretas y eficaces. Uno es qué decirle a una persona común cuando nos dice que “los hombres son egoístas”. Cómo abordar esta opinión, sin descalificarla, sin contraponer simplemente otra opinión, voluntarista y autoafirmativa, que, desde luego, sólo será escuchada, en el mejor de los casos, de manera cariñosa y evasiva, como cuando no nos atrevemos a decirle a los niños que el Viejo Pascuero no existe. El otro ámbito es cómo dar una batalla social, ya no persona por persona, sino en nuestras acciones políticas globales, que nos permita ponernos en el mismo plano de llegada sobre la subjetividad en su conjunto, en el cual se ha radicado la principal eficacia de la ideología dominante. Perdonen que, como buen intelectual, ponga el plano de los argumentos primero, y sólo después el de las urgencias políticas.

Si se afirma, en principio, sean cuales sean las evidencias que se presenten, que los seres humanos están dominados por una “naturaleza” que les impide ser efectiva y globalmente solidarios la discusión simplemente se termina. Este es un orden de afirmaciones que no puede ser demostrada o refutada de manera contundente por ninguna serie de evidencias. Peor aún, si se afirma, también como principio, que los seres humanos poseen una naturaleza sociable y propensa a la colaboración, tampoco avanzamos mucho, si lo que nos interesa es el comunismo. La cuestión de fondo es la idea de “naturaleza humana” misma que, por supuesto, está en el fundamento filosófico de las ideologías burguesa y burocrática. El comunismo sólo es pensable de manera cabal si afirmamos que los seres humanos son libres, son completamente dueños y constructores de sus circunstancias, aunque lo hagan de manera enajenada, aunque individualmente no lo sepan.

Desde luego la afirmación de la libertad humana como esencial y fundante es tan indemostrable como la de naturaleza humana. Lo que me importa es su afirmación, no su demostración. Y me importa indicar que esta afirmación es esencial para que el comunismo sea un producto humano, no un destino, o algo que llevamos en los genes y sólo ha sido aplazado por la confabulación de las clases dominantes. Cada vez que se ponen principios que se pretenden “naturales” como motores de la conducta humana en el fondo lo que se está poniendo es una visión funcional a los intereses de alguna forma de dominación. Para los burgueses la naturaleza humana era egoísta y competitiva, y el mercado burgués podía presentarse como un efecto natural y sus leyes como leyes naturales.

Pero, cuidado, perfectamente podría ocurrir que los burócratas nieguen esta imagen salvaje y afirmen que está en nuestra naturaleza la necesidad de ser aprobados, de convivir en grupos homogéneos, de criarnos en formas familiares con roles naturales (la mujer como madre, el hombre como proveedor). Tampoco una imagen de la naturaleza “favorable” a nuestra idea del comunismo nos ayuda. Toda idea de naturaleza humana debe ser criticada, es necesario afirmar que somos libres, como género humano, de toda determinación natural sobre nuestras conductas, y que todo límite exterior a la humanidad (como la ley de gravitación, o la muerte) pueden ser vividos como nuestros, y dominados en nuestro beneficio. Lo que se juega en esto es nuestra radical opción por la diversidad sexual, por la diversidad de formas de la estructura familiar, por la libertad para dominar el mercado, o el estado, o cualquier forma cosificada de las relaciones sociales que quiera presentarse como natural.

Hecha esta afirmación, somos en esencia libres, como punto de partida, como fundamento, la segunda objeción resulta más contingente y más grave. Perfectamente podría ocurrir que el mercado altamente tecnológico logre usurpar el ejercicio de muestra libertad eternamente. Desde luego los más pobres, los marginados y discriminados, tienen abundantes razones para oponerse al sistema que los oprime. Para ellos la tentación del consumo, mantenida de manera fantasiosa, o la industria del espectáculo, impuesta de manera compulsiva, sólo será una parte de la contención. La otra, siempre presente y alerta, será la represión. No ya la guerra directa, militar, sino la militarización de la vigilancia policial, la represión repartida en una infinidad de medidas anti “delictuales”, legitimadas ante la consciencia de los sectores que consumen como una necesidad permanente, presentadas como el resultado de su propia violencia en políticas de sistemático atemorizamiento de la población. Por un lado el espectáculo y la promesa nunca cumplida, por otro lado la guerra sostenida, difusa, soterrada, pero permanente, contra los pobres por el sólo hecho de ser pobres. La fórmula burguesa para los marginados coincide con la fórmula burocrática : lo que no es administrable puede ser eliminado.

La posibilidad de que la guerra contra los pobres sea un freno permanente de las aspiraciones revolucionarias es hoy particularmente grave por dos razones dramáticas : la primera, al poder no le interesa la vida de esos pobres, de los que puede prescindir sin que el aparato productivo sea afectado y, la segunda, esa guerra puede llegar a contar con un amplio apoyo de ese tercio de la población que es efectivamente beneficiado con el crecimiento económico y que está compuesto esencialmente de los trabajadores. Este es el hecho brutal al que debemos enfrentarnos : los trabajadores, los que efectivamente pueden hacer las revoluciones, no son los más pobres de la sociedad, y pueden ser perfectamente cooptados por el poder en contra de los más pobres. Esto es algo que vemos cada día, y debemos considerarlo como un dato esencial de la política.

La cuestión entonces no es preguntarse si el comunismo es una perspectiva aceptable o atractiva para los más pobres. La verdad es que mucho menos que el comunismo sería suficiente para vencer las esperanzas posibles de los que no tienen esperanzas : la integración progresiva, por muy lenta que sea, al consumo de masas, y el exterminio.

La cuestión crucial es preguntarse si el comunismo puede ser una perspectiva aceptable para los trabajadores, es decir, justamente para los que podrían ser el sujeto de la revolución. Y para abordar esta cuestión lo que hay que preguntarse no es si los que algo consumen, por que al menos tienen trabajo, consumen menos de lo que necesitan, o si están dispuestos a luchar para consumir más. Es necesario pensar la situación real, el cálculo real que las personas comunes hacen sobre sus vidas, más allá de sus quejas cotidianas, y examinar si en ese cálculo hay, o puede haber, un espacio para imaginar un mundo radicalmente distinto.

Para mantener las expectativas que hacen que los ciudadanos acepten endeudarse, sobre explotarse, vivir con estrés, vivir en la incertidumbre y en el temor permanente a quedar sin trabajo, se debe prometer mucho. Se debe mantener una perspectiva en que el cumplimiento de las cuotas de sobre explotación, y el sacrificio que conlleva el esfuerzo cotidiano, sean recompensados suficientemente. Nadie niega que su trabajo es agobiante, o que lo explotan, o que vive en permanente tensión. Lo que se alega, en cambio, es que esos esfuerzos tienen sentido. Las vacaciones, los objetos de consumo cotidiano, la casa propia, la educación de los hijos, la posibilidad de pequeños escapes y desahogos, como ver la televisión en familia, como salir en auto los fines de semana, son mostrados por muchas personas aparentemente razonables como resultados razonablemente compensadores de sus esfuerzos. Para saber si la perspectiva comunista será viable alguna vez entre los trabajadores es esta situación cotidiana la que hay que examinar.

Desde luego, la peor manera de enfrentar esta razonabilidad cotidiana es verla como un error, o como conformismo alienado, o como producto de la estupidez, o de ignorancias de algún tipo. La verdad es que, a la hora de los argumentos, somos nosotros los que estamos diciendo cosas sospechosas, no las personas comunes. Somos nosotros los que queremos defender una idea a todas luces poco razonable, que quizás sea producto simplemente de nuestras frustraciones y enojos puntuales, más que de una alternativa racional al modo de vida común. Razonar como si las personas comunes y corrientes fuesen una tropa de enajenados, ignorantes y conformistas, debería ser sospechoso para alguien que se supone está tratando justamente de buscar un mundo mejor con la participación de esas mismas personas. Cada vez que damos la espalda al sentido común, que sabemos conformista y enajenado, sin tratar de entender su lógica propia, su razonabilidad profunda, lo que hacemos es elevarnos como vanguardia ilustrada e iluminada, por sobre la ignorancia y la inercia de las masas ... y reproducir la lógica del estalinismo.

No. Los ciudadanos comunes han hecho un cálculo perfectamente racional, y lo que ocurre más bien es que no tenemos, ni en nuestros argumentos, ni en nuestras iniciativas políticas, nada que pueda conmoverlos de manera profunda, o al menos de una manera equivalente a lo que logra hacerlo el mercado. Y yo creo que esto no se debe a que el mercado tiene más y mejores medios de comunicación, o más y mejores propagandistas. Nuevamente por esa vía lo único que estamos haciendo es evadir la responsabilidad por lo que nos falta, como de costumbre echándole la culpa al enemigo por nuestras propias carencias. No. Yo creo que tenemos que asumir que somos nosotros los que no logramos estar a la altura de la complejidad de un enemigo de nuevo tipo. Cuya sustancial superioridad cultural respecto de cualquier otra clase dominante en el pasado simplemente nos descoloca, hasta el grado de introducir en nuestras propias filas las bases de su argumentación : o la apelación a la naturaleza o la apelación a la fuerza.

Para poder pensar con una perspectiva revolucionaria esta situación hay que pensar radicalmente y, como siempre, la raíz es el hombre mismo, sus expectativas más profundas, sus anhelos de más largo alcance. Lo que hay que preguntarse, radicalmente, es si los que consumen son felices, y bajo qué condiciones estarían dispuestos a luchar por un mundo en que se pueda ser feliz. Hoy, más que nunca, sólo la perspectiva de la felicidad humana permite argumentar a favor de un horizonte social revolucionariamente distinto. En una sociedad altamente tecnológica, que ha hecho posible, por primera vez en la historia humana, el consumo masivo, la felicidad es un asunto de política contingente.

Esto mismo se puede plantear de otra manera. ¿Hay contradicciones propias, internas, en el sistema del consumo masivo?. ¿Pueden esas contradicciones llevar a un punto en que se conviertan en consciencia política?. La primera de estas preguntas tiene que ver con la felicidad, no con el mayor, menor, mejor o peor nivel de consumo. La segunda tiene que ver con las tareas posibles de una iniciativa revolucionaria dirigida hacia los trabajadores, hacia los sectores sociales que participan del sistema productivo y sus cargas y beneficios de manera efectiva.

Sostengo que efectivamente hay contradicciones internas al sistema de consumo masivo. Internas en el sentido de que no tienen que ver con las posibilidades de acceso al consumo, o con la proporción en que se practica, sino con el consumo como tal, con el que se da en la sociedad de mercado. Sostengo que la contradicción central, de la que derivan todas las otras, es la diferencia creciente entre lo que el sistema promete y lo que es capaz de dar. Por un lado se consume y se busca en el consumo un mundo de reconocimiento y humanidad posible, por otro lo que se obtiene es un mundo dividido, violento, en guerra, donde impera la incertidumbre y la frustración. El agrado local y temporal que ofrece el consumo se inscribe en un contexto de frustración creciente. Es un agrado frustrante, que nunca llega a estar a la altura del placer, propiamente humano, que promete. El carácter frustrante es el reverso interno del agrado de consumir. Y yo creo que este sentimiento de frustración es creciente, y aumentará constantemente a lo largo del siglo XXI.

Otra manera de plantear esto mismo es observar la contradicción que hay entre el mejoramiento local, a nivel de las familias, de los estándares de vida, y el empeoramiento global de la calidad de vida, a nivel de la ciudad, de cada país, del entorno natural en el planeta. Para los trabajadores que están efectivamente integrados al sistema de la producción altamente tecnológica cada día se puede vivir mejor en un mundo en que a la vez cada día vale menos la pena vivir. Y este empeoramiento de la calidad de vida infiltra y descompone el agrado que pueda significar el consumo cotidiano. Las calles llenas de autos, el encarecimiento de los servicios educacionales y de salud, paralelo a la compulsión por la salud y la educación, los alimentos poco confiables, las ciudades contaminadas, la inseguridad ante la amenaza constante de los más pobres, que buscan sobrevivir y a la vez desahogar sus iras acumuladas.

El poder burocrático puede limitar progresivamente el libre arbitrio sobre la propiedad burguesa, y por esa vía tender a aliviar los problemas que implica la contaminación y la especulación financiera. Dura tarea pero, en rigor, una tarea que no es contradictoria con la lucha interna entre las fracciones del bloque de clases dominantes. El poder burocrático puede revertir la precarización de los empleos ligados a la alta tecnología, o a los servicios que da la administración, es decir, crear áreas de pleno empleo parcial (que no integran a toda la sociedad) y estable. Pero ¿cuánto puede resistir un mundo de empleos estupidizados, sin sentido, redundantes?, ¿cuánto puede resistir una cultura a la que sus miembros van quitándole progresivamente el sentido, y la obediencia que requiere la mantención de la explotación?, ¿cuánto pueden durar las ciudades gigantescas, la intensidad tecnológica de la vida cotidiana sin control, la complejidad de un sistema global que falla de manera recurrente y que sólo se justifica porque la dominación debe mantenerse?.

Sostengo que sí hay contradicciones profundas, de nuevo tipo, para una época de la historia humana en que ya es real la abundancia para grandes sectores sociales. Y esas contradicciones tienen que ver precisamente con la abundancia. Es allí donde hay que buscar el futuro posible.

Sin embargo, nada asegura que estas contradicciones se conviertan en consciencia y en actitudes políticas de oposición al sistema. La consciencia revolucionaria no es un producto espontáneo de las “condiciones objetivas” ni, en este caso, de la objetividad de las “condiciones subjetivas”. Pero, para dar una batalla en torno a la transformación de esas contradicciones en política real es necesario entender cual es el campo de batalla adecuado. Y este no es sino las condiciones de vida en general, no uno de sus aspectos, ni menos aún el ámbito del saber o del pensamiento. Antes del saber, antes de la reflexión, la subjetividad actual está colonizada al nivel de sus deseos y voluntades. Se trata de una batalla por la voluntad revolucionaria, que pueda arraigarse en el deseo de una sociedad mejor. Sostengo que esa tarea sólo puede emprenderse poniendo la felicidad y la belleza al centro de nuestras reivindicaciones. Un mundo más bello, en que ser feliz sea posible. Nada más ni nada menos. Un mundo donde la realización de mis deseos no requiera una revolución, ni sea negado constantemente por un orden dominante que los administra o los niega sin realizarlos nunca de manera cabal.

Un mundo donde el intercambio de bienes no esté cosificado en relaciones mercantiles, es decir, donde podamos intercambiar nuestros productos sin estar obligados a considerarlos como equivalente. Sólo el intercambio libremente no equivalente es un intercambio auténticamente humano. Sólo cuando intercambiamos nuestros productos por el contenido de humanidad inconmensurable que tienen estamos auténticamente entre seres humanos libres.

Un mundo en que el gobierno no esté cosificado bajo la forma de un Estado. En que dirigir y coordinar la producción y las vidas no requiera de instituciones solidificadas, estables, con leyes permanentes. En que la ley opere de manera interna, como eticidad común, sin la compulsión del disciplinamiento o la fuerza. Donde el espíritu común que anima a cada espacio social se realice a través de la autonomía de los ciudadanos particulares, de su libertad efectiva. Un mundo en que espíritu común no signifique homogeneidad sino reconocimiento de la diversidad esencial que constituye a la creatividad humana.

El comunismo no es una sociedad en que todos serán felices, o en que todos lo sabrán todo, no es una sociedad de transparencia total, ni de reconocimiento asegurado. Es una sociedad en que habrá sufrimiento y extrañamiento, en que habrá misterio y falta de transparencia, pero en que dejar de sufrir, o alcanzar la transparencia, no requerirá cambiar toda la sociedad, ni estará impedido por estructuras que nos trasciendan. Una sociedad en que la locura será posible debido a la diversidad interna de la razón misma, y no significará marginación o impedimento. En que lo universal y lo homogéneo dejarán de ser sinónimos.

Un mundo en que la subjetividad se formará en pequeños colectivos sociales, en familias, que no requerirán la forma del patriarcado, o de la heterosexualidad forzada culturalmente. Que no tendrán roles paternos o maternos cosificados como naturales. En que la infancia, la juventud o la vejez no estarán estupidizadas por roles sociales enajenantes y fijos.

El comunismo es una sociedad en que la belleza será la forma de realización de lo verdadero y de lo bueno. En que la belleza no estará cosificada como agrado. En que el placer será posible, más allá de la administración y las inseguridades típicas de los que no han podido asumir su humanidad libremente.

Grandes cosas, importantes, nobles, de gran aliento. Eso es lo que debe estar en el centro de nuestro discurso y nuestra lucha. Que la pequeñez y la inmediatez quede para los burócratas, que creen que administrar un problema es suficiente para resolverlo. Las personas comunes y corrientes pueden entender perfectamente cuando se les habla de la felicidad. Los trabajadores, los más pobres, los ancianos, los niños. Hay que hablar al corazón y los anhelos más profundos. Hay que ir más allá de la inercia de la resignación y el escepticismo. Hay que darle el vuelo de un gran horizonte a una política que está cada vez más alejada de las inquietudes profundas. Que la política basada en las pequeñas transacciones quede para los que viven de usufructuar de la política.

Hay contradicciones objetivas y subjetivas que permiten convertir este horizonte en política concreta. La cuestión es con qué profundidad asumimos nosotros mismos esas condiciones, y las expresamos en nuestras políticas. Si asumimos de manera radical la posibilidades del estado de desarrollo en que ya se encuentran las fuerzas productivas no tenemos porqué no defender también radicalmente la exigencia de relaciones sociales que expresen auténticamente sus potencialidades. Sólo una perspectiva comunista puede mover los deseos y aunar las voluntades. Nada más ni nada menos. El comunismo es posible. Y es bueno que los que creen en esta posibilidad se llamen a sí mismos, orgullosamente, comunistas.

Santiago, Lunes 27 de mayo de 2002.-

domingo, 11 de septiembre de 2011

REFORMISMO ANTESALA DEL FASCISMO - Eduardo Artés


EDUARDO ARTÉS
Agosto 1998



De cara a los 25 años del golpe militar fascista del 11 de septiembre, cada clase social e incluso sectores de clase, a través de sus organizaciones, desde las FFAA burguesas hasta los partidos políticos, incluido nuestro PC(AP), pasando por las iglesias, expresan sus valorizaciones, sacan conclusiones y señalan caminos de acuerdo a sus particulares intereses de clase.

Por cierto, el golpe militar fascista dado en Chile en 1973, no fue uno más dentro de los tantos que registra la historia en nuestra América Latina o en el mundo; es marcante no sólo por su gran brutalidad, por la duración del poder fascista y por sus características reordenadoras de la opresión y explotación capitalista en Chile, según los requerimientos del imperialismo yanqui y sus socios criollos. Para nosotros, y este es el objetivo del presente trabajo, marca a fuego vivo numerosas enseñanzas sobre el movimiento obrero y popular y de los resultados que obtiene el mismo, según sean las ideas que guíen su práctica.

Queremos, y para que nadie dado el bajo nivel existente en el debate ideológico se confunda o lo confundan sobre el carácter verdaderamente proletario y revolucionario de nuestro análisis, expresar lo que por lo demás esta avalado por nuestra permanente práctica, el merecido homenaje a todas las víctimas del fascismo, a todos los combatientes caídos en la defensa o construcción del sindicato, de la organización popular, en la barricada poblacional, en el enfrentamiento armado, a todos los que han luchado resueltamente contra el golpe mismo, como contra la dictadura fascista y en honor a ellos, por doloroso que resulte para algunos reconocer la verdad comunista, es que no podemos dejar de entregar ampliamente nuestra opinión marxista-leninista, sobre lo principal, es decir, sobre el factor interno (del movimiento popular), que llevó a la clase obrera y al pueblo a la derrota, a la masacre, a enfrentar desarmados en lo ideológico, político y en lo material a los reaccionarios, rompiendo así con la actitud oportunista del revisionismo, que para ocultar su responsabilidad criminal, se centra sólo en el factor externo, en la conducta reaccionaria del imperialismo y del capitalismo criollo, de la ITT, en la “maldad y traición” de Pinochet etc. Como si hubiera sido posible esperar que estos actuaran de forma distinta a su naturaleza reaccionaria.

La confusión ideológica y política sobre la “Unidad Popular” UP, Salvador Allende y en torno a cada uno de quienes se reclamaban “vanguardia” o al menos de “izquierda”, en el período previo al golpe fascista, no ha disminuido, por el contrario, va en aumento y a estas alturas poco menos que de “ultra izquierdista” es presentado quien sostiene la senda de Allende y la UP, e incluso en una dimensión diferente, algunos jóvenes que recién se integran a la lucha social y a manera de buscar algo con que desenmascarar tanta traición y oportunismo, tratan de ver en la actitud digna y valiente de Salvador Allende, al tomar este, en sus últimos momentos de vida una metralleta en sus manos, a manera de resistir a las hordas fascistas que atacaban la Moneda, una alternativa revolucionaria y levantan la consigna: “Él no transó con un fusil combatió”, lo que importa aquí es que los jóvenes expresan sus deseos de cambio revolucionario, la confusión está siendo usada hábilmente por el oportunismo, para desviar la lucha e introducir al movimiento obrero y popular nuevamente en el camino de la derrota, de eso se está encargando principalmente el revisionismo y su lectura social demócrata.

Sin lugar a dudas desde un punto de vista de las masas, de las libertades democráticas burguesas y de los espacios obtenidos para expresar el deseo de cambio revolucionario de la sociedad, no ha existido, fuera de la experiencia de la UP, en la historia de Chile y quizás de toda América Latina, periodo más propicio y esto es algo que no solo lo vivió el pueblo, sino que también lo observaba y tomaba las medidas del caso, la reacción y el imperialismo yanqui.

La efervescencia de las masas, fue un ingrediente importante durante todo el gobierno de Allende, estas se movilizaron no sólo contra el imperialismo y la reacción, contra el sabotaje a la producción y al mercado negro, como lo presenta el revisionismo, sino que también por avanzar tras el poder, todo a contra pelo de la política y acciones de la propia UP, prueba de ello fue la superación de la Central Única de Trabajadores CUT, dirigida por el P “C” y el P “S”, superación que se concretizó en la construcción de los Cordones Industriales, los cuales aun cuando presentaron alguna confusión en sus objetivos y planteamientos, debido a la negativa influencia de algunas ideas oportunistas pequeño burguesas; junto a los Comandos Comunales y otras formas nuevas de organización Popular, tuvieron el gran mérito de apuntar y plantear el problema principal de toda la lucha de clases, la conquista del poder político. Esto último, fue justamente lo que precipitó el golpe fascista; el imperialismo y la burguesía no podían permitir que los trabajadores y demás masas populares, a través de las tomas de fundos e industrias, de mantener la productividad, gestionar la distribución, etc., descubrieran en la práctica que los capitalistas sobran.

Como veremos más adelante , la “Unidad Popular” UP, fue el resultado de un largo trabajo del reformismo y del revisionismo, el cual tuvo un fuerte soporte internacional en la política revisionista instaurada en la ex-Unión Soviética después de la muerte del camarada José Stalin y del triunfo del golpe de Estado Jruchovista en la ex-URSS remarcando así el papel que ha jugado y juega la experiencia UP, en el debate ideológico y político desarrollado y en desarrollo entre las posiciones marxista-leninistas y las revisionistas a nivel nacional e internacional.

Es necesario tener presente, que la experiencia UP, despertó en su tiempo numerosas ilusiones en diversos países, particularmente en los del llamado “tercer mundo”, estos pueblos buscaban y aún buscan, superar la asfixia imperialista, alcanzar el progreso y la justicia social. De cualquier forma, la “UP"” fue presentada por el revisionismo internacional, como la confirmación de las tesis de “transición pacífica” o “vía pacífica al socialismo”, acuñadas en el congreso de la infamia, en el XX Congreso del PCUS en oposición a la política marxista - leninista sobre la toma revolucionaria del poder político sostenida en la época de Lenin y Stalin.

La “vía pacífica” del oportunismo fue, sobre todo en el período Bresneriano, en el cual se agudiza la disputa de carácter interimperialista entre los EEUU y la dirección revisionista soviética, una consigna y práctica permanente hacia las masas, para el movimiento obrero y popular, al cual negaban la verdad revolucionaria de la inevitabilidad del enfrentamiento armado, cuando la lucha de clases pasa a su nivel superior y se plantea la definición del problema del poder. Sin embargo, y aquí queda establecida la TRAICIÓN CONCIENTE del revisionismo, tenían claro que necesitaban una fuerza material (armada) para inhibir el “alzamiento reaccionario”, de ello nos habla su trabajo hacia a llamada “oficialidad patriota”, a “mantener el carácter constitucional de las FF-AA”, a “integrar a nuestras FFAA al cambio” y en la popularización de las consignas desmovilizadoras y entreguistas de, “soldado amigo el pueblo esta contigo” y “las FFAA son el pueblo con uniforme”, o como Luis Corvalán sostenía en Dic. Del 70 (Rev. lnt.) “se puede AFIRMAR que el pueblo de Chile y las Fuerzas Armadas del país se lanzarán resueltamente al combate en defensa de la soberanía de su patria”. Consecuente con este pensamiento fue la aprobación por todo el parlamento, con la excepción del senador Raúl Silva Ulloa, durante el gobierno de Salvador Allende, de la “ley de control de armas”, que entregó a las FFAA burguesas el poder de intervenir y allanar todo lugar en que se sospechara que habían armas, lo que fue una gran ayuda para los fascistas, en la preparación del golpe del 73; meses, días antes del mismo, las FFAA burguesas usando la ley votada favorablemente por toda la UP en unión con la DC y los momios fascistas, entraban en industrias, amedrentaban a los trabajadores y requisaban una u otra escopeta o revolver viejo, haciendo una verdadera encuesta de la capacidad de respuesta de los trabajadores, de cara a la masacre que preparaban.
La política “militar” del revisionismo, además de entregar al pueblo desarmado a sus enemigos, obtuvo algunos magros resultados y estos se pueden resumir en el general Carlos Prat del ejército, el general Bachelett en la aviación, en algunos oficiales de carabineros y en un puñado de integrantes de la marina, los que incluso fueron detenidos y torturados por la armada días antes del golpe mismo. Por último es pertinente señalar, que tras largos años de echar la culpa a la “ultra izquierda” por el golpe, el revisionismo decide su amorfa “política de rebelión popular”, que nunca se planteó otro objetivo que la “vuelta a la democracia” que existía antes del golpe, organizó “la lucha armada” contra Pinochet, pero una vez mas aparte de las masas, a nivel de aparatos armados altamente especializados, a los cuales incluso niegan y abandonan al momento de la transaca con los otros sectores de la oposición burguesa a Pinochet.

La UP fue el resumidero del pensamiento pequeño-burgués, no sólo del revisionismo, con algunas frases pedidas de prestado al marxismo-leninismo, en ella también estuvieron las expresiones de la social democracia representada con grados más, grados menos de radicalismo, por el Partido Socialista de Chile, en el cual militaba y era dirigente Salvador Allende y por el Partido Radical, cuyos dirigentes en su gran mayoría, incluido Allende reconocían militancia orgánica y filosófica en la masonería. Otro ingrediente que dinamizó la total confusión ideológica y orgánica de la dirección de la UP, fue el pensamiento cristiano “progresista”, representado por sectores desgajados de la Democracia Cristiana DC, por el MÁPU y la IC, los cuales por su origen, como por su pensamiento pequeño-burgués oscilaron unas veces a la izquierda y otras a la derecha, de cualquier manera el peso de los mismos dentro de la UP, no fue nunca determinante, entre otras razones porque ambas organizaciones se encontraban cruzadas por un proceso de definiciones políticas, lo que las imposibilitó de marcar un perfil diferente al eje P “C”- P “S”
A manera de una mejor comprensión, pensamos que es muy importante reconocer el perfil ideológico y político de, al menos los integrantes principales de la UP; es decir del P “S” y del P “C”.


El Partido Socialista de Chile

Quizás bastaría con definirlos como la sabía calificación popular lo hace, de "socios listos", ya que en términos generales, salvo escasas y destacables excepciones, la mayoría de ellos han usado desde siempre su militancia como una escalera personal de movilidad social, de acomodo, de acceso al aparato burocrático del Estado burgués capitalista y así obtener una tajada de la explotación de los trabajadores y de la enajenación de las riquezas nacionales. Desde siempre, de una forma u otra, ya sea vía ministerios, acuerdos u otros, el P “S” ha participado abierta o encubiertamente con prácticamente todos los regímenes que han gobernado Chile, la excepción y aún más, la persecución recibida durante la dictadura militar fascista, hay que entenderla dentro del cuadro general internacional caracterizado por la lucha interimperialista entre las dos superpotencias imperialistas de la época, el imperialismo yanqui y el social imperialismo ruso dentro de la cual el P “S” y su alianza con el P. “C”, se ponía bajo el paraguas del revisionismo soviético, uno de los objetivos contra el cual el imperialismo yanqui levantó la reacción y a las FF-AA burguesas.  El otro y principal fue, como todos sabemos, el impedir que la clase obrera a la cabeza del pueblo, avanzara tras la conquista del poder político, lo expulsara de Chile y comenzara la construcción de un nuevo país democrático popular y socialista.

Hoy en el P “S”, sus dirigentes, los mismos que ayer fueron ministros, intendentes, embajadores, parlamentarios y altos dirigentes sindicales y estudiantiles en el período de la UP, son los actuales campeones del neoliberalismo y del apego al orden institucional heredado de la dictadura. Sus parlamentarios se sientan y comparten escaños, banquetes y prebendas con los parlamentarios fascistas, con los senadores designados y con el vitalicio, con el propio Pinochet; sus ministros como Ricardo Lagos son recibidos con honores por los representantes del imperialismo yanqui, la patronal capitalista criolla manifiesta su público beneplácito, su ninguna contradicción, sí el mismo llegará a la presidencia de la república.

Del P “S” son quienes se han hecho cargo del trabajo sucio del Estado reaccionario chileno, el “socialista” Marcelo Schilling, miembro del Comité Central fue el fundador de la siniestra “Oficina de Informaciones del gobierno de la concertación cuyo objetivo no ha sido precisamente desarticular la herencia fascista, sino que al contrario, infiltrar, provocar y destruir a las organizaciones revolucionarias del pueblo e incluso en algunos casos, asesinar a sus militantes. La Gendarmería de Chile encargada de mantener encerrados y de aniquilar psíquica y físicamente, en las “cárceles de alta seguridad” a docenas de luchadores sociales y atender en un “hotel de cinco estrellas” a un par de simbólicos militares criminales fascistas, a estado y está dirigida por altos dirigentes “socialistas”.

El P “S”, nace en lo ideológico, político y orgánico como una expresión claramente socialdemócrata, oportunista y anticomunista, característica que nunca logró superar. Las posiciones izquierdistas que ha asumido alguna vez, se han debido a su no inclusión en el gobierno burgués de turno o a tácticas tendientes a resolver sus problemas de hegemonía en relación a otras expresiones políticas burguesas como es el revisionismo por ejemplo.
Una característica que ha acompañado al Partido “Socialista” de Chile, es el ser un refugio de las diversas posiciones y personajes oportunistas auto reclamados de “izquierda”, que han atacado o atacan al marxismo leninismo, allí han reconocido “cuartel” o mejor dicho cloaca los trotskistas, los titistas y su engendro anticomunista autogestionario; el guerrillerismo falso y de café, y en estos años de la “concertación”, gran número de ex MIR, ex FPMR, ex PC, etc. Los que cansados de luchar, se han unido al militarismo fascista en la administración del Estado burgués, usufructuando de la explotación de los trabajadores y combatiendo con saña a los que no saltaron con ellos al charco de la traición.
Los socialdemócratas del P “S”, siempre tuvieron y tienen en la dirección revisionista del P “C”, a sus hermanos, a incansables pregoneros de la unidad entre ambas organizaciones y posiciones. Antes de la formación de la “UP” el Secretario General del P “C”, repetía una y otra vez que “no nos cansaremos de insistir que entre socialistas y comunistas es mucho más fuerte aquello que nos une.” (Luis Corvalán. A combatir a pleno sol).

Hoy a 25 años del golpe, la dirección del P “C” persiste en sus intentos de unidad con el P “S”; al respecto, Jorge Insunza en una amplia entrevista en el El Siglo"( \Nº 890/06/ Agosto/98 ) y en torno a propuestas hechas al P “S” de actos en conjunto de homenaje a Salvador Allende, se queja del fracaso de su iniciativa y confiesa con amargura digna de mejores amores: “francamente, no hemos tenido el éxito que esperábamos. Esta semana, después de más de dos meses de dedicación, hemos recibido la respuesta de la Dirección del Partido Socialista en el sentido de que no asumirán el compromiso que habían tomado con nosotros de constituir un comité nacional amplio, del cual ellos iban a ser parte”.

El Partido "Comunista" de Chile P "C".

Por una variedad de aspectos ideológicos y políticos tanto nacionales como internacionales, la caracterización del pensamiento y práctica que dio origen a la experiencia UP, tiene en el P “C”, revisionista a su principal impulsor y sostenedor: por ningún motivo se podría entender la misma, sin comprender el largo trabajo realizado por la dirección del P “C” revisionista en este sentido, la verdad es que aunque incompleto, podríamos tener un conocimiento global del sustento ideológico y político que posibilitó llegar al gobierno de la UP y que llevó a los trabajadores y al pueblo a la masacre fascista del 11 de Septiembre de 1973, con sólo el estudio de su desarrollo, cosa que no es igual con el P “S” y su carnavalesca existencia.

El sustento principal del llamado “camino chileno al socialismo” se desarrolló a contra pelo de toda la experiencia histórica de la clase obrera y de su pensamiento revolucionario, el marxismo-leninismo. Las ideas de Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre la lucha revolucionaria, el poder, el Estado, el factor dirigente de la clase obrera, el carácter proletario del partido etc. jamás estuvieron presentes, es por ello que la tragedia y fracaso de la “UP” que por cierto a pagado la clase obrera y el pueblo, al igual que en la ex-URSS revisionista y en los países del Este Europeo, son la tragedia y fracaso de la socialdemocracia, del revisionismo y no del marxismo-leninismo. En todo caso, cuando Gladys Marín Secretaria General del P “C” revisionista y candidata eterna hoy a la presidencia de la República, habla de retomar la senda de la UP y de Allende, ya no anuncia una tragedia, sino apenas una comedia.

Fueron muchos años en que la dirección revisionista del P “C” idealizó las posibilidades del trabajo parlamentario, de asumir el “cretinismo parlamentario” del que tanto hablara Lenin previniendo a los comunistas. Han sido muchos los años en que se ha camuflado la dictadura de clases de la burguesía con la máscara de la sacrosanta “democracia” burguesa, en que se especuló sobre la “gran tradición de respeto a las leyes y por la democracia”, que supuestamente manifestaban las FFAA burguesas y demás instituciones del Estado. Toda la argumentación del revisionismo se basó y se basa en el subjetivismo idealista, en el oportunismo, pero nunca el marxismo-leninismo, a manera de inicio, de muestrario, veremos algunas de sus manifestaciones históricas.

Usando la todavía socorrida consigna de “con todos los partidos y sectores sin exclusiones” el P “C” revisionista a mediados de los 40, busca y logra por un corto período ingresar al gobierno de Gabriel González Videla, quién electo con los votos del P “C”, expulsa a estos del gobierno y los coloca fuera de la ley, todo lo cual, sin embargo, no fue problema para que la dirección oportunista del P “C” en un primer momento desconociera la naturaleza de lo acontecido, ofreciera incluso “su apoyo constructivo al gobierno”.

Desde el exterior el P “C” “sufre" o “goza” la negativa influencia del Browderismo.  Browder por esos tiempos era el Secretario General del P “C” de los EEUU y sostenía la tendencia oportunista de conciliación de clases, de reducir el papel del Partido a una suerte de agrupación de tipo cultural, lo cual se unió a una fuerte inclinación que marcó negativamente la dirección del P “C” de Chile, que sostenía la necesidad de llevar a los Frentes Únicos Antifascistas (necesarios para enfrentar el fascismo a escala mundial) a una actuación exclusivamente legalista y pacifista, subordinando en los hechos al proletariado a otras fuerzas, a la llamada “burguesía progresista”, renunciando al necesario e irremplazable papel dirigente del proletariado en el mismo. La influencia “extranjera” fue vitamina que fortaleció al pacifismo oportunista que ya había reconocido ciudadanía en la dirección del P “C”.

La influencia de la Unión soviética de los tiempos del camarada J. Stalin, de su política internacionalista proletaria y la aplicación de la ley anticomunista de Videla, conocida como ley de defensa de la democracia o ley maldita por el pueblo, llevó a que una parte de la dirección del P “C”, asumiera una actitud más radicalizada, resumida en el “Programa de Salvación Nacional”, pero pronto, la misma es derrotada y sus sostenedores expulsados; el P “C” asume una nueva línea de conciliación de clases, levantando un documento oportunista denominado “Plan de Emergencia”, en total oposición al programa anterior.
La dirección revisionista del P “C”, dio a Ibáñez un fuerte apoyo cuando entregó su propuesta de “contribuir” decididamente a que el gobierno del señor Ibáñez pueda realizar su obra en “beneficio del país” y a la que luego agregara reafirmando su carácter de apaga fuego de la lucha de clase planteando que: “nuestra norma invariable es tratar que los conflictos del trabajo se solucionen armónicamente, utilizando todos los recursos. Y sólo somos partidarios de recurrir a la huelga, que es un derecho reconocido por el Código del Trabajo, cuando fallen tales procedimientos”. (Doc.de la Direc.del P “C” a un año del gobierno de Ibáñez).

La línea oportunista de la dirección del P “C” revisionista, tuvo en la dirección revisionista de N. Jruschov su soporte, a la que la siguió ciegamente; la verdad que a pesar de la majadera tendencia de los cabecillas revisionistas de querer presentarse como independientes y “originales”, es bueno recordar a Volodia T. al señor T, quién eufórico y tratando de ser más papista que el Papá, anduvo diciendo a quién quería escucharlo, la prensa burguesa, que el P “C” era perestroiko antes que Gorbachov lanzara su perestroika, con la cual no fue la vuelta al leninismo, como desde troskistas a revisionistas sostenían.
La actitud retorcida (ver entr. En el Siglo Nº 890) del P “C” hoy se está centrando en usar la “experiencia UP”, para atacar y difamar al socialismo proletario construido en los tiempos de Lenin y Stalin, en los tiempos de la dictadura del proletariado. Dejemos que Jorge Insunza vierta toda su nauseabunda hiel contra el socialismo: “En muchos aspectos, el programa de Allende significó distanciarse absolutamente de ese modelo. “El retomar la experiencia de la Unidad Popular y su gobierno es mostrarle a la gente que en nosotros mismos no tenemos el lastre que significaba rendir cierta pleitesía a modelos que de verdad eran antagónicos a lo que buscábamos llevar adelante”. La memoria no es tan mala y es verdad que la UP no tuvo nada que ver con el socialismo proletario que tanto incomoda a los oportunistas, pero señor Insunza, le queremos recordar que por los años del revisionismo jruchovista la dirección de su partido estornudaba aquí en Chile cuando “el hermano mayor” se resfriaba en Moscú.

El seguidismo del revisionismo criollo en relación al soviético, tuvo expresión máxima y grotesca en la cita apresurada al X Congreso del P “C” de Chile, apenas dos meses después del XX Congreso del PCUS, en él “descubren”, la “vía pacifica al poder”. En el número 35 de la revista “Principios”, exponían refiriéndose a la “vía pacifica” que: “esta cuestión ha sido planteada desde la alta tribuna del XX Congreso del PCUS, después de esto, resultan hilarantes los malabáricos esfuerzos por presentar con originalidad y “elaboración propia”. Corvalán hace su “aporte” al “desarrollo creador” del marxismo como Jruchov presentaba su veneno burgués y dice que: “en verdad ya había (la vía pacífica) sido planteada por la vida. En numerosos países se habían producido cambios revolucionarios por nuevos caminos que no son precisamente el de la insurrección.  En Chile mismo se había demostrado la posibilidad de utilizar la vía parlamentaria para el ascenso al poder de las fuerzas populares. Pero esta cuestión no estaba suficientemente esclarecida para nosotros” (Luis Corvalán: “nuestra vía revolucionaria”). Y para que nadie dude de los aportes que tanto han enorgullecido al revisionismo y que tanto daño han hecho a la lucha obrera y popular, Corvalán nos recuerda que: “señalamos la necesidad de hacer en él (programa del P “C”) un planteamiento más completo y más rico en lo tocante a la vía pacífica. Dijimos que se debe dejar claramente establecido que dicha vía solo excluye la guerra civil o la insurrección armada”.

Todo el período anterior al golpe militar fascista del 73, desde Ibáñez hasta S. Allende, pasando por Alessandri y Frei Montalba y su “revolución en libertad” que caminó con las directrices y requerimientos de la “Alianza para el Progreso”, fue para el revisionismo criollo, el período de dar certificado de buena conducta a la burguesía y al imperialismo. En la 240 sesión plenaria del C.C realizada en 1957, la dirección revisionista del P “C” deja muy en claro sus objetivos políticos contrarrevolucionarios: “Queremos y reclamamos nuestra libertad. Y declaramos solemnemente que, otra vez libres para actuar en la vida política, no constituiremos una amenaza para ningún interés respetable. Somos partidarios de que todo se resuelva democráticamente, de acuerdo a la voluntad de la mayoría del país dentro del libre juego de todos los partidos y corrientes. No aspiramos hoy a la sustitución de la propiedad de los capitalistas chilenos por la propiedad colectiva. Y cuando mañana sea preciso avanzar en este terreno, pensamos que ello debe hacerse también con el acuerdo de la mayoría de los chilenos, por la vía pacifica y garantizando el bienestar y los derechos de los capitalistas, esto es indemnizándolos debidamente”.

Una atención particular merece la actitud “constructiva” de la dirección revisionista del P “C” en relación al gobierno “desarrollista” o reformista burgués de Eduardo Frei Montalva, quién y como era natural a su carácter de clase no tuvo la más mínima consideración a la hora de reprimir y asesinar a obreros, campesinos, mapuches, estudiantes y pobladores que luchaban por sus reivindicaciones económicas y políticas (quién no recuerda por ejemplo la masacre de pobladores en Puerto Montt.) Desde el Senado y la Cámara de Diputados el P “C” y el P “S” votaban favorablemente los más diversos proyectos del gobierno de Frei, desde el “Siglo” vocero del P “C” se acusaban de ultraizquierdistas a los campesinos y las tomas de fundos, a los estudiantes que radicalizaban la lucha por la reforma universitaria, a los trabajadores y dirigentes sindicales que se oponían y pasaban por encima de los “acuerdos” CUT - Gobierno que ponían límite a las reivindicaciones obreras, a los que desde posiciones de búsqueda revolucionaria reivindicaban la lucha armada y la vía insurreccional de masas.

Como sus congéneres Italianos en el oportunismo, los revisionistas de la dirección del P “C”, no dejaron nunca, incluso en el período de la UP de buscar el logro de su cacareado “Compromiso Histórico”, con la D.C.

En Diciembre de 1970, ya electo Salvador Allende Presidente de la República, Luis Corvalán (Rev.Int.Dic.70) rinde temprano homenaje a las tesis del camino electoral o “vía pacífica” del revisionismo, de N. Jruchov y de sus sucesores: “El caso chileno viene a demostrar que los caminos y métodos del proceso revolucionario tienen en cada país sus propias particularidades, y prueba que no es precisamente descabellada la tesis que proclamó el XX Congreso del PCUS”. Dos años y medio después que Corvalán a la cabeza de los Volodia, millas, Marín, etc. Se regocijaran por el supuesto “triunfo” de las tesis Jruchovistas, en Septiembre de 1973 quedó no sólo demostrado lo descabellada de la tesis proclamada por el XX Congreso del partido revisionista ruso, sino que al descubierto su carácter traidor y criminal; la verdad es que el descaro de Corvalán no tiene límites, pocos años antes de la elección de Allende, en Indonesia, una vez más había sido demostrado lo descabellado de la “vía pacífica”, allí fueron asesinados más de 500.000, comunistas y patriotas por el golpe de estado fascista que diera el ejército burgués del general Suharto contra el Presidente “constitucional” y padre de la patria SUKARNO.

La "izquierda" antireformista

Desde la “izquierda”, es decir, en los sectores que levantaron la lucha contra la “ vía pacifica” o “camino electoral”, se hicieron grandes esfuerzos para enfrentar el reformismo burgués, la “vía pacífica” y la conciliación de clases que imponía la llamada “izquierda tradicional”, numerosos compañeros que reconocían militancia en la “Izquierda revolucionaria”: en el MIR, PCR y otros grupos menores fueron ejemplo de coraje al enfrentar a la dictadura fascista y aunque para los revisionistas eran los responsables del golpe, la verdad es que más allá de sus errores ideológicos y políticos, es en ellos donde se puede encontrar la posición más consecuente en la búsqueda de una salida revolucionaria para la crisis de la forma de explotación capitalista, democrática burguesa que imperaba en Chile antes del 11 de septiembre del 73”.

De una manera u otra la experiencia UP motivó reacciones diferentes dentro de la “izquierda revolucionaria”, así por ejemplo la Vanguardia Revolucionaria Marxista que diera en su tiempo una cierta lucha contra el revisionismo Jruschovista, se paralizó y auto destruyó, la mayoría de sus miembros asumen oportunistamente militancia en el P “S” y algunos en el P “C” desde donde engrosan las alas más “izquierdistas” de esos partidos y curiosamente, fueron los más abnegados defensores del gobierno de la UP, generado por el llamado “camino pacífico al socialismo”, que ellos anteriormente combatían. A la larga quedó demostrado, que su rompimiento con el revisionismo nunca superó la contradicción táctica, la supuesta contradicción de simples vías, es decir, vía armada versus “vía pacífica”, con el “triunfo” electoral de la UP, la contradicción que motivaba división para ellos dejo de existir, no alcanzaron a comprender que el triunfo electoral de la UP iba a comprobar la inexistencia de la “vía pacifica” Los que no ingresaron a la UP mantuvieron una cierta coordinación y mayoritariamente murieron enfrentando el golpe fascista.
En lo tocante al Partido Comunista Revolucionario se debe reconocer que el proceso de cooptación y destrucción que desató el “triunfo” electoral de la UP y su “vía pacífica” también lo golpea fuertemente y lo sume en un profundo quiebre interno, quedando con poca influencia en las masas populares y prácticamente fuera de la gran efervescencia y confrontaciones de clases existentes, justo en un momento en que se combinaban dos elementos altamente explosivos, como fueron la insatisfacción general de los trabajadores y del pueblo frente a las vacilaciones, paralices y legalismo de la dirección de la UP y el abierto sabotaje de los reaccionarios y fascistas al amparo y orden del imperialismo yanqui.
A manera de hacer política y de salvavidas, el Partido Comunista Revolucionario, realizó un transplante mecánico de la posición internacional que mantenía el PC de China, lo que aunque le indujo a serios errores en la caracterización del enemigo imperialista principal de la Revolución Chilena, se atacaba por igual e incluso a veces con más fuerza al social imperialismo ruso que al imperialismo yanqui, desconociendo que si bien es cierto que ambos imperialismos eran igualmente peligrosos para los pueblos en general, en Chile el dominante era el imperialismo yanqui. Como sea, un mérito importante del PCR fue el mantener vivo el debate antiimperialista y el no dejar de señalar aunque casi exclusivamente en el plano propagandístico, lo inevitable del enfrentamiento que la realidad social anunciaba. A fines del 79 y después de haber impulsado y participado en la resistencia a la dictadura militar fascista, las dos fracciones en que estaba dividido el PCR dejan de existir como partido y algunos de sus militantes de base, de los que se quedaron en Chile, continuaron la lucha por la Revolución Popular y el Socialismo.

Una organización que se destacó por aglutinar a importantes sectores disconformes con el reformismo burgués de la dirección UP, fue el Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, movimiento que conformado principalmente por estudiantes radicalizados fuertemente influidos por la experiencia cubana y por la figura del guerrillero Ernesto Che Guevara, levantaban consignas que reclamaban la lucha armada de acuerdo a la teoría del “foco guerrillero”, de “irse a las montañas”. El MIR de esos años desarrollo diversas experiencias en frentes de masas específicas lo que llevó a convertirse en la mayor dentro de las organizaciones de la “ultra izquierda” como las denominaba el revisionismo de la UP. En el plano político, el MIR desarrolla una suerte de apoyo crítico al gobierno de Salvador Allende y asume algunas acciones donde era lo mismo o casi siempre lo era, la toma de un pequeño previo agrícola o industria, que una grande y monopólico, todo lo cual ayudó a aumentar la confusión existente, en la ubicación de los enemigos principales y los secundarios de la revolución en Chile.

De la experiencia del MIR antiguo se debe destacar a hombres que como Miguel Enríquez que asumieron con valentía ejemplar su compromiso con la lucha revolucionaria, los que por otro lado son hoy una bofetada en la cara de aquellos que no sólo se retiraron hasta dejar hoy pequeños restos de la organización MIR, sino que incluso renunciaron a toda idea revolucionaria y se han transformado en recaderos de la explotación capitalista desde el P “S” o el PPD e incluso desde la DC.

La reacción de la lucha antireformista individual, al margen de las masas alcanzó su expresión más nítida en la Vanguardia Organizada del Pueblo VOP, que frente a la persecución policial y como una manera de “despertar” a las masas de la ilusión UP, sus miembros transformados en “Bombas Vivientes” se explotaron frente al cuartel general de la policía de Investigaciones donde murieron todos, juntos a algunos policías.

Desde el Trotskismo organizado, sólo y para amenizar este trabajo, es bueno recordar las embestidas afiebradas de uno de sus destacados exponentes, del mismo que hoy busca “salvar al marxismo con la ética cristiana”, es decir, de Luis Vitale, quién no conforme con ser quién ha reconocido militancia en mayor número de grupitos pequeño burgueses, se las dio de historiador y las envistió contra Bernardo O’Higgins y demás independentistas del tiempo de la colonia española, por no haber luchado por la Revolución Socialista.
Otro hecho que si no fuera por la confusión y la búsqueda desesperada de las masas de una salida Revolucionaria a la experiencia UP, solo serviría para relajar los nervios, lo constituyó el Partido Obrero Revolucionario Trotskista dividido en pequeños grupitos, el cual durante la UP llamó en su periódico a un Paro Nacional en apoyo a Allende ; a los 15 días siguientes y sin haberse realizado el primero a un Paro Continental y sin esperar algún indicio siquiera de simpatía con su llamado, a los siguientes 15 días el llamado fue a un “Paro Mundial” en apoyo a Allende y contra la envestida imperialista.

Como sea las diversas agrupaciones de izquierda, con excepción de los trotskistas, quienes son primos hermanos del revisionismo en la traición, buscaron una salida revolucionaria a la crisis del sistema democrático burgués existente en Chile hasta el 11 de Septiembre de 1973, sus esfuerzos fueron muchos y no están ellos ausentes de heroísmo, nadie puede ver sus fracasos en la falta de “voluntad” y espíritu de lucha, por el contrario de eso hubo bastante, la explicación hay que buscarla en las ideas que guiaron su práctica, en sus pensamientos eclécticos, alejados de la comprensión revolucionaria proletaria de la ideología marxista leninista, de las enseñanzas de Marx, Engels, Lenin y Stalin aplicadas a la realidad de Chile.

Una vez más al caro precio de sangre obrera y popular, de la vida de combatientes honestos y luchadores, la lucha de clases nos recordó que la clase obrera y los pueblos, no tienen futuro, ni perspectivas de cambio social verdadero, socialista, si no cuentan con un verdadero Partido Proletario, templado en la lucha de clases y formado en la ideología comunista, en el marxismo leninismo. Al cumplirse el 25 Aniversario del golpe militar fascista, la clase obrera y el pueblo chileno no sólo tienen a su haber derrotas; sino que principalmente atesoran valiosas enseñanzas aprendidas con sangre y con 18 años de esfuerzos ideológicos, políticos y orgánicos por la construcción de un autentico Partido Marxista-leninista que se ven coronados con éxito en lo que es el Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC(AP), el que sin otro compromiso que no sea el que emana de la consecuencia revolucionaria, del marxismo-leninismo, de los intereses Revolucionarios de la clase obrera y de los pueblos de Chile, ha podido y puede entregar, a diferencias de cualquier otra organización autoproclamada de izquierda o revolucionaria, los elementos que permiten desnudar las verdaderas causas de los acontecimientos pasados , enfrentar exitosamente el presente de lucha revolucionaria y señalar la perspectiva de la misma.

Para terminar, permítanos presentar el siguiente trozo de las Tesis Programáticas del PC (AP) publicadas en Junio de 1995: “Las heroicas jornadas de lucha que nos han precedido debemos asumirlas con un criterio abierto, científico, dejando de lado las conductas dogmáticas, idealistas y prácticamente religiosas que las desnaturalizan y le quitan todo, aspecto revolucionario, presentándola como hechos acabados, no sujetos al análisis que pone de manifiesto los aciertos y errores, las enseñanzas positivas y negativas que de ellas emanan. Quienes así aún hoy actúan, esconden su incapacidad ideológica e intelectual, o aún peor, pretenden que se persistan en los errores y que el pueblo sufra nuevas derrotas.
Desde un punto de vista sano y correcto, se debe estudiar tanto las condiciones objetivas y subjetivas que han enmarcado a cada uno de los combates precedentes, para que con apego a la cientificidad revolucionaria saquemos las lecciones correctas que nos permitan avanzar tras la demanda histórica de Democracia Popular y Socialismo que reclaman la actual época para nuestro país.

Partiendo del entendido que las condiciones objetivas (opresión y explotación nacional y social) reclamantes del cambio revolucionario en un país como el nuestro, siempre han estado presentes, es que es del todo necesario profundizar sobre las políticas que estuvieron al mando en los combates anteriores.

Sin duda la calidad del factor subjetivo, es siempre de primera importancia, y de él depende fundamentalmente el triunfo o derrota. El fracaso de los combates anteriores no son consecuencia de ausencia o debilidad del factor objetivo, de fatalismo histórico, de traición de tal o cual, y menos aún de ausencia de espíritu de entrega y generoso de nuestro pueblo, por el contrario, este ha llenado miles de páginas que por su heroísmo nos conmueven hasta la médula, humedeciendo nuestros ojos.

La resistencia y rechazo al imperialismo y a la reacción en el pasado, particularmente en el período republicano, no ha contado con programas de verdadera alternativa revolucionaria de clases, de destrucción del poder burgués existente y de construcción del nuevo, del socialismo, más bien estos han estado basados en las reformas progresivas, en “ampliar la democracia” en pretender ir “tomando” paulatinamente el Estado Capitalista dependiente del imperialismo, buscando la “transformación” de este hasta ponerlo al “servicio” del pueblo y de los trabajadores. Consecuentemente con este incorrecto basamento ideológico programático de los dirigentes anteriores del Movimiento Popular, se desarrollaron formas de luchas que igualmente no ponían en la perspectiva, para no decir en la orden del día, la toma del poder, es decir, la revolución social. Un buen ejemplo en este aspecto lo tenemos en el camino parlamentario, igual “vía pacifica” elegido por la Unidad Popular, con toda la tragedia que esto significó para el Movimiento Obrero y Popular Chileno, esto es observable incluso en la propia resistencia antifascista la cual, aunque presentó combates abiertos y de masas, incluso armado, no dejaron de estar bajo la bandera de recuperar la democracia burguesa existente hasta el 11 de Septiembre de 1973.
En ella como dirección estuvo ausente la Liberación Nacional y Social, la revolución Democrática Popular y Socialista.

El factor subjetivo, la dirección política y sus ideas, es pues el elemento determinante del cual dependen las luchas obreras y populares. El derrumbe de la ex-URSS y de los países del Este Europeo, son la comprobación Universal a nuestra afirmación, lo que allí sucedió no fue el fracaso del Socialismo, menos aún de la ideología comunista, fue al revés consecuencia del abandono y traición de éstas. Hoy, esto queda claro incluso para los idealistas ultra ciegos, para los que no querían ver la realidad revisionista y anticomunista de las direcciones de aquellos Partidos y ex-Estados.

La reacción nacional e internacional ha enturbiado las aguas durante un corto periodo histórico, algunos autocalificados de izquierda y revolucionarios han abandonado las trincheras de la lucha y se han pasado abiertamente a la reacción, otros aún vacilan y oportunistamente tratan de servir a la reacción y al imperialismo usando un lenguaje “progresista”, socialdemócrata.

Las masas, aunque momentáneamente confundidas, buscan una salida a la crisis de superexplotación capitalista, los movimientos obreros y populares se suceden unos a otros. En general se puede afirmar que en Chile, al igual que en el resto del mundo, se perfila un nuevo auge de la lucha revolucionaria de los trabajadores y de los pueblos. Ella debe ser asumida con una ideología y política revolucionaria de clases superior a las anteriores, de manera que realmente permita alcanzar los objetivos planteados para el presente período y asegure la perspectiva socialista del proceso".