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jueves, 27 de mayo de 2010

EL HAMBRE: UN GENOCIDIO SILENCIOSO



Durante milenios el fantasma del hambre acosó a la población humana, arrastrándola muchas veces a grandes crisis demográficas, guerras y sufrimiento.

En el actual mundo globalizado pareciera que el aparente triunfo del capitalismo ha dado la posibilidad de acabar con el hambre, pues este ya no es tema para muchos de nosotros que vivimos cerca de lo que se puede llamar el "lado A" del sistema. La mayoría de quienes lleguen a leer esto tienen su alimentación prácticamente segura. Pero la sociedad de consumo es en escencia una sociedad de acumulación y derroche, y por ende de una desigualdad brutal y bárbara.

La ONU ha determinado que en la actualidad hay 1.500.000.000 personas padecen hambre o están mal nutridas, de estás, 1.000.000.000 tienen hambre crónica.

Cabe hacernos una pregunta ¿El hambre en el mundo se debe a la falta de alimentos, como era en el pasado? Pues la verdad es que no, la producción de alimentos con la industrialización permitiría perfectamente alimentar a la población mundial. El problema del hambre en la actualidad tiene que ver con factores económicos y políticos. Sólo entre 2007 y 2008 los alimentos han subido un 80% sus precios, y hablo de alimentos básicos como los cereales o la leche, estas alzas perjudican principalmente a las periferias de la economía mundial: principalmente a África y las zonas más excluidas de Asia y America Latina y El Caribe. Los precios altos generan hambrunas y perturbaciones sociales que degeneran en inestabilidad política y económica que, como en una maldición que ataca a millones de personas, perpetúa en un circulo vicioso la vergonzosa mancha del hambre que pesa sobre toda la humanidad.

Ya lo dijo Marx hace mucho tiempo: el capital produce para su sola reproducción, no produce para las necesidades humanas. Esta acumulación de capital tiene una directa incidencia en la nutrición de las personas. El consumo de calorías en Estados Unidos y Europa sobrepasa enormemente al de los continentes periféricos. En estos centros de poder de la acumulación, el problema pasa a ser la obesidad y el derroche de alimentos, expresión gráfica y cruel de un mundo regido por una moralidad morbida y un individualismo brutal.
Un funcionario de la ONU, Jean Ziegler, conceptualizó a la hambruna, caracterizándola como un "asesinato en masa silencioso". Entendiendo esto como un asesinato está claro que se pueden establecer a los asesinos y sus responsabilidades criminales. Grandes transnacionales y empresarios, los gobiernos promotores del modelo capitalista y todos quienes han convertido en negocio elementos vitales para la vida de los seres humanos. La desigualdad distributiva y la acaparación de la riqueza que son base escencial del capitalismo, así como la existencia de un centro económico mundial industrializado y una periferia dependiente y subdesarrollada, son elementos escenciales para comprender por qué se pueden dar tales cifras de hambre en un planeta que sobreproduce alimentos. Quienes negocian friamente en el mercado con las necesidades de la gente no hacen más que expropiar, en el caso del hambre, el derecho a existir a estos millones de personas. Nosotros, partes inferiores de este sistema capitalista somos complices con nuestra pasividad y conformismo ante un sistema que degrada al ser humano y lo subordina a mecanismos y valores de mercado que explotan los instintos más bajos de la individualidad y la indiferencia.

Sólo en Latinoamérica hay más de 60 millones de hambrientos crónicos, incluso hay hambre en Argentina, país que produce 8 veces la cantidad de alimentos que consume. Datos concretos que resaltan que el problema es a nivel de distribución, sin duda el punto menos amigable a los defensores del capitalismo, a quienes les parece natural lucrar incluso con la alimentacón, a costa de los millones de muertos. Para seguir citando datos hay que resaltar que sólo en 2009 el hambre creció un 13% sólo en Latinoamerica, continente supuestamente en "Vías al desarrollo". El avance del hambre va de la mano de su hermana, la pobreza. En 2009 "unos cuatro millones de latinoamericanos engrosarán las filas del desempleo... y es probable que varios millones regresen a la pobreza", esto en palabras de la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Barcelona (datos extraidos de http://www.lukor.com/not-mun/america/portada/09101610.htm ).

Los datos recién citados son una pequeña muestra de que el problema crece y la lucha contra el hambre va en retroceso.

En la actualidad se desarrolla una campaña que recolecta firmas para exigir a la ONU que tome como prioridad la eliminación del hambre. Los invito a firmar en el siguiente enlace: http://www.1billionhungry.org/ .

Espero que firmen, pero recuerden, la lucha contra el hambre no se soluciona con una firma electrónica, la lucha contra el hambre es, en escencia, una lucha contra el capital y sus devastadores efectos.

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