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martes, 15 de junio de 2010

CANJE DE DEUDA EXTERNA POR EDUCACIÓN ¿ALTERNATIVA O ESTRATEGIA DE DOMINACIÓN?


¿Qué son los canjes de deuda? *

Los canjes deuda son operaciones financieras en las que se libera parte de la deuda que alguna entidad posee, para que estos recursos sean invertidos con fines pactados entre el acreedor y el deudor. Estos canjes de deuda no son nada nuevo en el contexto de los países latinoamericanos, especialmente después de la etapa de endeudamiento de la fines de la década de los 70 del siglo XX.
En los países latinoamericanos, y en los países endeudados de la periferia subdesarrollada en general, se han realizado numerosas operaciones de canje de deuda n diferentes ámbitos, entre los que destacan:

Canje de deuda por inversiones: este es un mecanismo propuesto por dos de los acreedores de los países latinoamericanos, el FMI y el BM, quienes generaron la existencia de una mercado de bonos de deuda externa, estos bonos son comprados principalmente por empresas extranjeras de los países acreedores, así como también participaron en esta compra de bonos algunos privados del mismo país deudor, aunque lo más común es que se dé el primer caso, como ha ocurrido con el canje de deuda por inversión entre España y Marruecos[1]. A través de este canje los inversores pueden comprar bonos de deuda a un valor menor al nominal, y después son cobrados a su valor nominal con lo que los inversores privados pudieron adquirir empresas públicas a un coste muy bajo. Un caso dramático es el de Argentina, en donde los bonos de deuda se compraron en los 80 a un 20% de su valor nominal, siendo cobrados después al Estado argentino en su valor nominal. Estas transacciones tienen un alto coste social para los países deudores que canjean su deuda ya que han sido un motor importante en la privatización de servicios públicos.

Iniciativa PPME: esta iniciativa recibe su nombre de la sigla de Países Pobres Muy Endeudados. Este canje consiste en que a países con un bajo ingreso per cápita (es decir menor a US $ 925) se le condona parte de la deuda a cambio de que inviertan esos recursos correspondientes a la deuda en inversiones pactadas bilateralmente. Este tipo de iniciativas implican también que los países “beneficiados” con este canje deban aplicar todas las políticas económicas propuestas por los bancos acreedores (FMI y BM principalmente) que han sido típicamente la desregulación, la apertura comercial, el ajuste fiscal y el aseguramiento a las inversiones extranjeras en el país.
Además de estas iniciativas se han desarrollado otros tipos de canje como el canje de deuda por naturaleza y el canje de deuda para ayuda al desarrollo. Existen además otros mecanismos de canje de deuda que se han propuesto como el canje de deuda por alimentación[2]
Todas estas iniciativas han generado amplios debates no sólo entre los políticos de los países latinoamericanos, sino también en la sociedad civil. Hay quienes ven en estos canjes de deuda una oportunidad para desarrollar políticas positivas para los países deudores, mientras que para otros los canjes de deuda sólo terminan beneficiando a los países acreedores. Este debate es especialmente intenso en el caso del canje de deuda por educación.

Canje de Deuda por Educación

Desde los años noventa que diversos organismos y foros internacionales como las Cumbres de las Américas, los países del ALCA (Área del Libre Comercio de las Américas), la OEA (Organización de Estados Americanos), la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y el MERCOSUR, entre otros, se vienen proponiendo y revisando la posibilidad de que parte de la deuda externa sea canjeada por inversión en educación. Organizaciones y cumbres educativas han recalcado en variadas oportunidades la importancia del peso de la deuda externa para los países más pobres, en cuanto a la imposibilidad de invertir más recursos en educación, realidad que alarma aún más ante a la constatación generalizada en torno a la deficiente calidad de la educación en los países latinoamericanos, que se presenta acompañada de elevadas tasas de deserción y repetición y de analfabetismo en sectores adultos y jóvenes, principalmente de las áreas rurales.
La UNESCO ya en 1996 en su documento conocido como Informe Delors planteaba que para los planes de mejora en educación de los países deudores era necesario: “Estimular la conversión de la deuda a fin de compensar los efectos negativos que tienen sobre los gastos de educación las políticas de ajuste y de reducción de los déficits internos y externos.”[3]
La misma UNESCO algunos años más tarde prosigue en el Foro Mundial de la Educación relacionando la mejora de la educación con la disminución de la deuda. En el Marco de Acción Dakar plantea: “Se estima que la realización de los objetivos de la educación para todos costará unos 8.000 millones de dólares anuales, lo cual exigirá un apoyo financiero complementario por parte de los países, así como una mayor asistencia al desarrollo y una reducción de la deuda por parte de los donantes bilaterales y multilaterales.”[4]
Y en el mismo documento expresa que: “Debe darse gran prioridad a aliviar la deuda más deprisa, más a fondo y con mayor amplitud o a cancelarla, con miras a atenuar la pobreza, adquiriendo un compromiso firme con la educación básica.”[5]
La posibilidad de utilizar la conversión de deuda por educación como uno de los instrumentos para mejorar la inversión educativa se comienza a explorar con motivo de la XIII Conferencia Iberoamericana de Educación, reunida en Tarija (Bolivia) en septiembre de 2003. En la Declaración de Tarja, las Ministras y los Ministros de Educación de Iberoamérica reunidos allí reconocen “El papel fundamental de la educación en la reducción de la desigualdad y el logro de la inclusión social, objetivos permanentes para nuestros países y elementos centrales de la democracia.”[6], a la vez que reafirman “que para garantizar la equidad, calidad y pertinencia de la educación que se imparte en todos los niveles educativos iberoamericanos, es necesario aumentar y mejorar la eficiencia de la inversión en educación y proteger la ya efectuada en programas educativos con el fin de asegurar su sostenimiento y profundización. A tales efectos, solicitamos a la XIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que analice mecanismos que permitan la conversión de un porcentaje a determinar de los servicios de la deuda por inversión en los sistemas educativos.”[7]
Este proceso de propuesta de canje de deuda culmina en la reunión de 2004 de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, donde José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, anuncia la intención de España de poner en marcha una serie de operaciones de conversión de deuda por educación en los países afectados.
Y ya en junio de 2005 con motivo de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, un grupo de ONG españolas y latinoamericanas elaboraron en conjunto el documento “Educación para todos y todas: La deuda pendiente” en el que se exponían las principales ideas en torno a las operaciones de canje de deuda por servicios sociales básicos. En tal informe se expresaba que “Hace cinco años, los países ricos reconocieron que la carga de la deuda impagable estaba impidiendo progresos en educación.”[8] Junto con lo cual se plantea que “Para alcanzar los Objetivos del Milenio en educación, tanto los países desarrollados como los países en desarrollo tendrán que trabajar juntos para hacer más, mejor y más rápido. La conversión de deuda por educación puede ser un mecanismo que contribuya a financiar dichos objetivos con esfuerzos mutuos de ambas partes.”[9]

Controversias en torno al Canje de Deuda por Educación ¿Oportunidad o sometimiento?

Como ya adelantamos, el tema del canje de deuda por educación es un tema que levanta una fuerte controversia en la sociedad civil, entendiendo a esta como “el conjunto de actores y redes sociales que, al margen del Estado y del mercado, favorecen la participación ciudadana”[10]. Como en toda controversia hay quienes están a favor y en contra de que se lleven a cabo este tipo de canjes.
Hay una amplia capa de personas ligadas a la educación que están a favor de que estos canjes se realicen, ya que se a esta operación se le ve un doble beneficio para los países deudores:
Los países deudores tienen la posibilidad de disminuir su deuda externa mediante estos canjes.
Los países deudores van a poder destinar más recursos a la educación.

Como ejemplo de la adhesión que estas propuestas han suscitado en estos sectores se puede mencionar el caso argentino, en donde más de ciento cincuenta organizaciones ligadas a la educación sacaron un comunicado en 2005 apoyando que se realizara el canje, esto queda claro en este fragmento de su declaración: “(…) impulsar una aplicación directa de un porcentaje de los servicios de la deuda externa privada y pública de nuestro país, a los programas de mejoramiento de la equidad y calidad de la Educación (...). Desde la responsabilidad ciudadana que hemos asumido desde nuestras Organizaciones, alentamos a los responsables de hacer efectiva esta iniciativa a poner todo su empeño para que este logro se concrete en el menor tiempo posible.”[11]
Existen organismos multinacionales que también se inclinan por proponer los canjes de deuda por educación como una alternativa positiva. Tal es el caso, por ejemplo de la Organización de Estados Iberoamericanos, organización a la que Chile adscribe, y que ya en su definición de canje de deuda por educación plantea este canje como una oportunidad positiva para los países: “Un canje de deuda por educación es la cancelación de deuda a cambio de destinar fondos para la educación. Los canjes de deudas existen desde hace un par de décadas, y han pasado de ser transacciones puramente comerciales, a ser métodos innovadores para recaudar fondos de desarrollo y reducir la deuda simultáneamente.”[12]
Pero aparte de estas manifestaciones de apoyo a las políticas de canje de deuda por educación, existen variados grupos tanto de profesores como grupos de izquierda que ponen en duda los beneficios que este canje pueda tener para la educación en los países latinoamericanos.
Uno de los puntos centrales de esta discusión tiene que ver con la discrepancia entre las dos concepciones diferentes acerca de la naturaleza de la educación y su definición. Las organizaciones que están a favor de que este canje se realice admiten que la educación entra en la categoría de un servicio comercial, por lo que puede ser comprada y vendida en el mercado, ciñéndose de esta forma la definición de la OMC.
Quienes están en contra de este canje entienden que la educación es un derecho social, y por lo tanto no debe estar regida ni gobernada por la lógica que hace funcionar a los mercados. Los grupos que se enfrentan a que estas políticas de canje se lleven a cabo en el ámbito de la educación defienden su postura a través de diversos argumentos que pasaremos a detallar a continuación:
Un primer punto que es esencial para comprender la oposición al canje de deuda, es el hecho de que no hay un consenso acerca de la legitimidad de la deuda. Para muchos la deuda además de ya haber sido pagada con creces debido a los altísimos intereses impuestos a los países deudores, nace de una acción totalmente perjudicial para América Latina en un contexto de alta especulación. Esta posición crítica respecto de la deuda externa latinoamericana queda bien reflejada en la siguiente cita:
“Una misma estrategia ha desarrollado la banca internacional que, a fines de la década del setenta, se encontró con una inusitada masa de petrodólares que exigían su colocación acelerada. Los prestamistas del mundo se vieron forzados a grandes y urgentes inversiones para evitar una crisis del sistema. La deuda externa de los países que “absorbieron” esos dólares no es, entonces, el producto de inversiones que capitalizan, sino de especulaciones que empobrecen. Porque las estructuras políticas que los tomaron no los volcaron al desarrollo de sus pueblos, sino al negocio financiero que enriquece a los traficantes.Esa deuda es, pues, el denominador común de la desgracia de América Latina y de otros pueblos que, en la geografía del hambre y del atraso, se debaten en los conflictos generados por la miseria y la injusticia. Pero si es el denominador común de nuestra debilidad, esa deuda externa es -también—el denominador común de una fuerza a movilizar contra un sistema de especulación y de chantaje. (...) Ello implica no aceptar, como legítimas, las operaciones concertadas con beneficio para quienes las instrumentaron pero en perjuicio de los pueblos que las afrontan y tampoco ceder a la presión de quienes demandan el cumplimiento de la deuda, mientras bloquean las posibilidades de trabajo y producción para pagarla.”[13]
Ante esta posición, cualquier tipo de canje significaría estar validando la legitimidad de la deuda[14]. Además, el realizar canjes por deuda en educación implicaría la injerencia de los organismos acreedores internacionales en las políticas educativas de los países deudores, por lo que estos canjes implicarían un nuevo impulso a la privatización de la educación, los canjes significarían además la apertura de un mercado educativo con posibilidad de inversión por parte de los acreedores. Esta posición por lo tanto critica “la mayor injerencia de los organismos financieros internacionales en las políticas educativas y la profundización de la Ley Federal de Educación a manos del banco Mundial y del Banco interamericano de desarrollo”[15].
En las críticas están siempre presentes los efectos de los canjes de deuda realizados con anterioridad (como los canjes de deuda por inversión). Realizar los canje por educación significaría por lo tanto “desconocer los resultados perversos que ha tenido el canje de deuda por desarrollo, en el que los países son sometidos al monitoreo del cumplimiento de las recetas económicas ortodoxas del FMI, aún cuando los fondos se destinaran a “ayuda para la pobreza”[16].
Esta posición crítica respecto del canje de deuda, toma en cuenta el hecho altamente constatado de que el mismo pago de la deuda y sus intereses usurarios han sido un gran lastre para que los países subdesarrollados puedan invertir lo necesario en políticas públicas de educación que tiendan a la mejora en la cobertura y la calidad de este derecho, ya señalamos en un principio cómo algunos documentos como el Marco de Acción Dakar y otros publicados por la UNESCO planteaban la necesidad de aminorar la carga del endeudamiento para llevara a cabo las políticas de mejora educativa en nuestros países. Según plantea el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) “en Panamá, Chile, Uruguay y Ecuador, la porción del PBI destinado al pago de la deuda triplica el correspondiente a educación; en Brasil y Colombia, lo duplica”[17].

Estas dos posiciones que hemos revisado brevemente sobre el canje de deuda externa por educación, muestran el alto nivel de discrepancia y falta de acuerdo con respecto a un tema esencial para el desarrollo educativo de los países endeudados.
Si nos acojemos a la experiencia de lo que ha significado la deuda externa para América Latina, podemos hacernos parte de las opiniones críticas con respecto al canje de deuda. La usura y el acogotamiento al desarrollo que ha significado esta deuda para los latinoamericanos, no ha significado más que una etapa más en el ya antiguo saqueo imperial realizado por las potencias centrales del capitalismo y en especial de quienes ocupan su máxima cúspide en la actualidad: la elite financiera mundial, grupo inescrupuloso que mueve los hilos de la desgracia económica de millones de personas subordinadas a satisfacer su ambición.



*Realizado en colaboración con Ana Matus.

NOTAS

[1] Para revisar en breve el caso del canje de deuda por inversión entre España y Marruecos se puede consultar: ODG, Canje de Deuda por Educación: Documento de Análisis y de Posicionamiento del Observatorio de la Deuda en la Globalización. Julio 2005; ODG. Documento disponible en la web: http://www.oei.es/deuda/canjedeuda.pdf
[2] Este tipo de canje de deuda se ha desarrollado por la FAO considerando las condiciones del hambre en América Latina y su sobreendeudamiento. Un breve documento sobre la propuesta de la FAO puede ser revisada en la siguiente dirección: http://www.rlc.fao.org/iniciativa/pdf/recda.pdf

[3] UNESCO, La Educación encierra un tesoro, Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, 1996, Cap. 9, pág. 39.
[4] UNESCO, Banco Mundial, PNUD; Dakar, Senegal, 26-28 de abril de 2000; Punto 21, pág. 7.
[5] Íbid. Punto 49, pág. 14.
[6] XIII Conferencia Iberoamericana de Educación Tarija, Bolivia, 4 y 5 de septiembre de 2003. Véase en: http://www.oei.es/xiiicie.htm
[7] Ídem.
[8] Educación para todos y todas: una deuda pendiente, Consideraciones de organizaciones sociales de España y América Latina ante las iniciativas de Conversión de Deuda por Educación puestas en marcha en el contexto de las Cumbres Iberoamericanas, Junio de 2005. Véase en http://www.cme-espana.org/DOC/EPTladeudapendiente.pdf
[9] Ídem.
[10] ODG, op. cit. pág. 9.
[11] Fundación SES, 2005, citado en: ODG, op. cit. pág. 9. Más información sobre las posturas de la Fundación SES Argentina en: http://www.fundses.org.ar/iniciativas.html
[12] OEI, ¿Qué es el Canje de Deuda por Educación? Documento de trabajo, Argentina, 2006, p. 12. Disponible en la web en: http://www.me.gov.ar/dnci/mercosur/docs/canje06.pdf
[13] Alejandro Olmos, La deuda externa , 3ª. Edición, Buenos Aires, Editorial de los Argentinos, 1995,
[14] Para una visión crítica de la deuda externa latinoamericana por parte de un economista reconocido se puede consultar el libro de Jacobo Schatan, El saqueo de América Latina: deuda externa, neoliberalismo, globalización, Editorial LOM, Santiago de Chile, 1998.
[15] http://www.pormasas.com.ar/default.asp?articulo=313&edicion=176
[16] Ana T. Lorenzo, Canje de deuda externa por educación ¿Soberanía o sometimiento?, texto redactado para Diálogo 2000-Argentina, Jubileo Sur y MoPPaSol para ser presentado ante el VI Foro Social Mundial (Caracas, Venezuela, 24-29 de enero de 2006). Versión digital disponible en http://escolares.com.ar/pensamiento-y-debates/canje-de-deuda-¿soberania-o-sometimiento.html :
[17] PNUD: Informe de Desarrollo Humano, 2004.






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