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sábado, 5 de junio de 2010

EL ANARQUISMO Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA


(Esto es parte de un trabajo que hice en la universidad junto a mi compañera Ana Matus)

EL ANARQUISMO EN MÉXICO

El movimiento anarquista desarrollado con anterioridad a la Revolución Mexicana fue incubando en México una ideología que influirá en el desarrollo de la Revolución. Como señala el historiador John M. Hart “… durante los cuarenta y cinco años que precedieron a la Revolución Mexicana, los anarquistas, que fueron los primeros agraristas urbanos contribuyeron con una doctrina al antes mal entendido movimiento agrario mexicano…”[1].
El anarquismo se introdujo en México en el siglo XIX. Su desarrollo puede ser dividido en tres momentos, siguiendo el modelo desarrollado por Sergio Montes García[2]. Cada uno de estos tres momentos del anarquismo en México están marcados por tres personajes, dos de los cuáles se insertan directamente en el contexto de la Revolución Mexicana, siendo participantes activos de la Revolución tanto en forma individual como a través de la creación de organizaciones que tendrán un marcado carácter anarquista en sus postulados, objetivos y actuar.
Los tres momentos del anarquismo en México son los siguientes:
Rhodakanaty y la introducción del socialismo en México.
Flores Magón, el gran precursor de la Revolución Mexicana.
Moncaleano y la fundación de la Casa del Obrero Mundial.

Rhodakanaty y la introducción del socialismo en México:

Plotino Constantino Rhodakanaty fue la primera persona que en México organizó un grupo declaradamente anarquista y que aglutinó a un sector de la clase trabajadora. Este inmigrante de origen griego había realizado estudios de medicina en Viena y de Filosofía Política en París, como persona culta se acercó a las ideas socialistas que se desarrollaban en la Europa decimonónica. Entusiasmado por esta ideología decidió trasladarse a México al conocer el testimonio de un mexicano acerca de la política agraria promovida por el presidente Comonfort y la invitación que este mandatario había hecho a extranjeros para formar colonias agrarias. Llegó al país de los aztecas en febrero de 1861, trayendo consigo las ideas socialistas que irían transformándose, producto de su acción, en organizaciones y actores nutridos de su profunda acción política y educativa, donde la difusión del socialismo fue una cuestión fundamental.
En 1863 creó en Ciudad de México el “grupo de estudiantes socialistas” en donde se formarían futuros hombres protagonistas de los movimientos sociales que se irían desarrollando en México, entre estos hombres destacan Francisco Zalacosta, quien posteriormente encabezó varias luchas agrarias, y Santiago Villanueva, quien fue responsable de organizar el primer movimiento obrero. Además en 1865 formó La Social, que fue una organización anarquista secreta que tenía como principal objetivo la instauración del socialismo en México. También en 1865 creó en Chalco la Escuela del Rayo y el Socialismo la cual se dedicaba a la instrucción y preparación de niños peones tanto en el aprendizaje de las primeras letras así como en el conocimiento de métodos organizacionales y de los ideales socialistas.
Además, Rhodakanaty fue un prolífico escritor que desarrolló su propio periódico El Cronoscopio. Periódico frenológico y científico, y colaboró con varios otros periódicos de corte radical.
En 1886 Rhodakanaty regresó a Europa. Con su ida se cierra la primera etapa del anarquismo en México, etapa marcada por la difusión y la formación de una primera generación que hace suyas las ideas radicales del anarquismo y del espectro socialista en general.


Flores Magón, el gran precursor de la Revolución Mexicana.

La siguiente etapa del anarquismo en México se da de lleno en el contexto donde se desarrolla la revolución Mexicana, de hecho el personaje que encarna esta segunda etapa es considerado como uno de los precursores intelectuales de esta Revolución, este personaje es Ricardo Flores Magón, hombre proveniente de Oaxaca, el mismo Estado de su archienemigo Porfirio Díaz, proveniente de lo que podríamos llamar burguesía, va a encarnar al anarquista de la Revolución Mexicana, quien representará las posturas más radicalizadas dentro de las que se pueden apreciar entre los actores de la Revolución.
Ricardo Flores Magón dedicó prácticamente la totalidad de su vida a hacer la revolución, a combatir a aquellas ideas y personas que a su parecer interferían en la libertad de un pueblo que por él era visto como oprimido.
Sus primeras inquietudes políticas se manifestaron desde joven, participando en la dirección de una manifestación estudiantil en contra del gobierno de Profirio Díaz en el año de 1892, por lo que termina por primera vez en prisión a la edad de 19 años. Las prisiones serán algo recurrente en una vida que tenía como horizonte un ideal que rebasaba los límites dispuestos a aceptar por quienes controlaron el poder.
Ricardo Flores Magón transitará desde la juventud hasta su muerte por un camino de continua radicalización de sus ideas políticas. Parte siendo un anitreeleccionista, luego será un liberal que paso a paso se va moviendo hacia el radicalismo político que lo hace llegar a un anarquismo declarado, dirigiendo con esta ideología importantes movimientos en contra del Porfiriato y en contra de las estructuras, que según su visión, son fuentes de opresión para el ser humano, como la Estado y el Capitalismo.
La bibliografía apunta que Ricardo Flores Magón comienza a conocer las ideas anarquistas a principios del siglo XX. Francois-Xavier Guerra precisa que es en 1903 cuando llegan a sus manos las obras de los anarquistas clásicos como Kropotkin[3]. Pero no es hasta 1906 que Flores Magón declara abiertamente su anarquismo.
1900 marca un año muy importante para lo que será la vida política de Ricardo Flores Magón, pues en este año funda, junto a su hermano Jesús Flores Magón y al Licenciado Antonio Horcasitas el periódico Regeneración, y, además, se publica el Manifiesto del Partido Liberal Mexicano (PLM) que abrirá el proceso que llevará a su fundación en el año 1905.
Empecemos por Regeneración. Pronto Jesús Flores Magón y Horcasitas abandonan el periódico, el cual termina siendo una manifestación del esfuerzo personal de Ricardo.
¿Qué significó este periódico en el itinerario político del anarquismo y su relación con la Revolución mexicana? Si bien partió como un medio para discutir algunos temas de orden jurídico, el periódico rápidamente se transformó en un instrumentó que atacó constantemente al gobierno de Porfirio Díaz. Regeneración fue además un reflejó del camino de radicalización vivido por Ricardo Flores Magón y un medio para poder transmitir las ideas anarquistas que fue desarrollando con el correr del tiempo. Para algunos historiadores Regeneración es de vital importancia para lo que será la Revolución Mexicana. Armando Bactra nos dice de Regeneración que fue un “estructurador ideológico, político y orgánico de una corriente revolucionaria de masas, como la forma fundamental de propaganda, agitación y organización colectiva”[4].
Regeneración constituyó un medio de comunicación que mantuvo en contacto al anarquismo mexicano con organizaciones del mismo tipo en otros países como los Estados Unidos y, especialmente, con el poderoso anarcosindicalismo español estructurado en torno a la CNT. Un estudio de Joaquín Beltrán Dengra demuestra cómo el periódico Regeneración que llegaba a la península sirvió para informar a los libertarios de España acerca del acontecer de la Revolución (por lo menos desde 1911 hasta junio de 1912). Incluso, este medio de comunicación sirvió para que los anarquistas españoles se organizaran para cooperar materialmente con el Partido Liberal Mexicano.
La abierta postura antiporfirista que Ricardo Flores Magón va a expresar a través de Regeneración junto a la Junta Directiva del PLM, va a fomentar la expulsión de este grupo a Estados Unidos el 3 de Enero de 1904, en donde el grupo, y especialmente Ricardo, van a sufrir el influjo de importantes anarquistas norteamericanos que van a influenciar en definir las ideas de Ricardo Flores Magón y el PLM. El exilio jugó un papel muy importante en la consolidación de las ideas anarquistas en el como lo muestra Francois-Xavier Guerra quien nos dice “más tarde, ayudado por la represión y por la radicalización interna, el liberalismo radical de los clubes se transforma, en 1905 – 1906, en el exilio norteamericano, en un anarquismo particular: el magonismo”[5].
Este anarquismo particular llamado magonismo, va a tener la peculiaridad de estar organizado en un partido político, el PLM. Esta condición peculiar, no común en el anarquismo internacional organizado principalmente en sindicatos, como en el caso español, va a llevar a que algunas organizaciones anarquistas cuestionen la autenticidad del anarquismo que planteaba el PLM y Ricardo Flores Magón. Esto es lo que ocurrió con los anarquistas franceses quienes a través de su revista Temps Nouveaux expresaban “que los magonistas no son anarquistas porque estaban organizados en un partido”[6].
El PLM, dirigido por una Junta encabezada por fue capaz de influenciar de manera muy relevante a muchos revolucionarios, y llevo a cabo una serie de acciones importantes para crear un clima de agitación social que antecederá a la Revolución.
El PLM organizó una serie de sublevaciones en contra del gobierno de Porfirio Díaz como el apoyo a las huelgas de Cananea y Sonora. El gobierno terminó reprimiendo fuertemente estos movimientos obreros, lo que a la larga provocó un clima adverso para Porfirio Díaz, ya que “el gobierno sufrió un severo revés a la popularidad nacionalidad; además, con un contingente obvio de partidarios del PLM que ayudaron a agitar a los trabajadores huelguistas, los gobiernos de México y Estados Unidos comenzaron a hacer un esfuerzo concertado para quebrar al PLM”[7].
El PLM también organizó el inicio de la Revolución para septiembre de 1906, para lo cual organizó a una serie de cuerpos armados. Estas tentativas terminaron en fracaso, aunque esta rebelión “ayudaría no sólo a minar el Profiriato sino también a dar mayor credibilidad al programa del Partido Liberal”[8]. Está rebelión tuvo consecuencias negativas también para el propio Ricardo Flores Magón que sería detenido en Estados Unidos pasando en prisión de 1907 a 1910.
Una vez de nuevo en libertad, Flores Magón vuelve a la actividad. En 1911, una vez iniciada la Revolución Mexicana, Flores Magón y el PLM se ponen a la tarea de materializar sus ideales anarquistas. Para esto llevan a cabo la Liberación de Baja California, con un pequeño continente de hombres, y aprovechándose de la debilidad del gobierno mexicano el PLM se tomó la ciudad de Mexicali el 29 de enero de 1911 con el objetivo de constituir una sociedad anarquista. El experimento duro sólo hasta el 17 de junio, en donde el PLM se rinde ante las fuerzas armadas que envía Madero. Aunque los magonistas fracasaron enteramente en su tentativa de crear una sociedad anarquista, de todos modos, este hecho es muy importante, ya que evidencia las credenciales anarquistas del PLM y de Flores Magón.
Hay que precisar, no obstante, que no se puede considerar a TODO el PLM como anarquista, de hecho su organización puede entenderse en “tres círculos de adhesión al PLM. El círculo central es el anarquista”[9]. Los círculos de adhesión más externos serían liberales y antireeleccionistas. La manifestación de la ideología libertaria abiertamente por parte de este círculo interior se hará progresivamente desde 1908y sobre todo 1910[10]
Luego de la toma de Baja California el PLM se ve profundamente debilitado y sufre profundas bajas, con un alto contingente de miembros que se salen de sus filas y terminan apoyando a diferentes facciones de la Revolución, como por ejemplo otros grupos anarcosindicalistas o al movimiento zapatista, por citar dos ejemplos.
A pesar de esto, el magonismo no fue para nada un movimiento estéril, ya que legó a la Revolución Mexicana su programa, el Programa del Partido Liberal Mexicano, fechado en San Luis Missouri el 1 de julio de 1906 y cuyo contenido social y radical, según afirma James Cockcroft, “fue imitado pero nunca igualado en su totalidad por las proclamas revolucionarias durante todo el periodo de 1911-1917”[11]. De este programa fueron adoptadas casi completamente las cláusulas socioeconómicas y su plataforma obrera a la Constitución de 1917. Por esto, el radicalismo de Flores Magón terminó dejando su huella. Además queda la figura de un hombre coherente, que guiado por un ideal nunca claudico a pesar de que paso gran parte de su vida en prisión y cuando estuvo afuera fue duramente perseguido, coherencia que queda manifiesta en sus propias palabras: “El verdadero revolucionario es un ilegal por excelencia. El hombre que ajusta sus actos a la ley podrá ser, a lo sumo, un buen animal domesticado; pero no un revolucionario.” (Regeneración, 1910).

Moncaleano y la fundación de la Casa del Obrero Mundial.

La tercera etapa del anarquismo en México se desarrolla en las zonas urbanas, en plena ebullición revolucionaria. Esta vez su expresión se da de la mano con los movimientos obreros sindicalizados, por lo que pasan a constituir grupos anarcosindicalistas cuya teoría revolucionaria se define por el “rechazo de la identificación del sindicalismo simplemente con la defensa de los intereses laborales de los trabajadores y afirmación de la perspectiva de una revolución social anticapitalista, y consideración del sindicalismo como eje organizativo y cultural de la estrategia revolucionaria”[12].
Esto marca una fuerte diferencia con el accionar del PLM, ya que “el magonismo tuvo una escasa acción sindical”[13].
La expresión máxima del anarcosindicalismo mexicano en tiempos de la Revolución se da a través de la Casa del Obrero Mundial (COM). Esta fue inaugurada el 12 de febrero de 1912 y duró hasta 1916, nació de la unión del grupo anarquista Luz y de otros grupos sindicales debido a la acción de un extranjero, Juan Francisco Moncaleano, anarquista de origen colombiano expulsado de su país. A esta organización se unieron varios ex – miembros del PLM como Antonio Soto y Gama, Lázaro Gutiérrez de Lara y Manuel Sarabia.
La COM organizó a los obreros de Ciudad de México divulgando la ideología anarquista y llevando a cabo una serie de actividades educativas y organizativas para los trabajadores urbanos.
Durante el régimen de Huerta la COM fue clausurada. Luego fue reabierta integrándose directamente en las contiendas entre las facciones que se disputaban el poder luego de la caída de Huerta. Estas facciones eran la de Villa, Zapata y Huerta.
La facción más cercana a las ideas revolucionarias y anarquistas de la COM eran, sin duda los zapatistas, pero luego de una larga controversia la COM termina apoyando a los constitucionalistas de Carranza ¿por qué esta decisión tan inesperada para un grupo declaradamente anarquista? Hay que considerar que Carranza representaba un proyecto totalmente opuesto al de los postulados anarcosindicalistas, ya que este era partidario de un Estado fuerte y del fomento del liberalismo tanto político como económico, representado por el capitalismo que el anarquismo buscaba destruir.
Las razones para esta decisión se explicarían, según algunos historiadores, por diferentes razones, como el hecho de que los zapatistas y sus huestes campesinas eran profundamente religiosas[14], Cockcroft por su parte especula que la COM optó por Carranza debido a la sensación de impotencia política frente a la intensificada Guerra Civil de la Revolución[15]. Además, Carranza ofreció esta alianza a la COM dándoles muchos beneficios materiales, como libertad de movimiento para organizar el trabajo y recursos. La COM tenía como objetivo utilizar a Carranza, pero terminó, por el contrario, siendo utilizada por este.
La COM organizó los “batallones rojos” y se alió oficialmente a los constitucionalistas en 1915. Los “batallones rojos” combatieron codo a codo con los constitucionalistas, enfrentándose a sus más cercanos en ideología y objetivos: lo zapatistas. Esta situación repercutió en una pérdida de credibilidad del anarcosindicalismo de la COM, anarquistas como Flores Magón o Soto y Gama (que se retiró de la COM y se unió a los zapatistas) decían que “el anarcosindicalismo se vendió”[16].
Una vez consolidado el poder de Carranza los “batallones rojos” representaron una amenaza para los constitucionalistas. Carranza decidió clausuras estas fuerzas en 1916 y también, debido a la intensa actividad huelguística de la COM, cerró la organización anarcosindicalista el mismo año. La Casa había traicionado sus principios, y después de su desaparición el anarquismo dejó de jugar un rol activo de la magnitud como lo hizo durante los tiempos del PLM y la COM.

Conclusiones.

Los movimientos anarquistas que se desarrollaron a lo largo de la Revolución Mexicana terminaron todos en un rotundo fracaso. El PLM debilitado y derrotado en su intento por materializar al anarquismo, con Flores Magón muerto en una prisión norteamericana. Con la COM traicionando sus principios y siendo clausurada por apoyar a quien representaba la Némesis de sus ideales.
Ante la problemática planteada ¿Cómo se manifestó el anarquismo en el México revolucionario de principios del siglo XX y hasta qué punto fue importante su influencia en la Revolución Mexicana? Podemos afirmar luego de esta investigación que el anarquismo se manifestó de diversas formas durante la Revolución, que sus postulados se venían incubando desde el siglo XIX, que se organizó a través de un importante partido político y que representó la ideología da la más importante agrupación sindical en tiempos de la Revolución.
El papel del anarquismo, además, no fue sólo el protagonizar revueltas e intentonas revolucionarias de cambio y huelgas. El anarquismo fue también una fuerza ideológica importante que influyó el devenir de la Revolución Mexicana, especialmente si consideramos el triunfo de los postulados anarquistas en la Constitución de 1917. También influyó ideológicamente a otros revolucionarios, como a Zapata, que en su lenguaje y proclama reprodujo algunos ideales anarquistas. La proclama de Tierra y Libertad, bandera del PLM es un claro ejemplo.
Incluso el accionar errático de la COM ayudó, con un contingente armado anarquista, en la definición del devenir de la Revolución y de la consolidación de la decadencia de los movimientos anarquistas.
Otra cosa muy importante, es que los movimientos anarquistas acá estudiados, demuestran que la Revolución Mexicana no se jugó sólo en los movimientos campesinos, la Revolución en estos términos no fue sólo un movimiento de masas campesinas, también los sectores obreros de origen urbano se vieron involucrados en ella, así como los intelectuales, también de origen urbano, como Ricardo Flores Magón tuvieron un rol principal como precursores de la Revolución y actores de esta.
En definitiva, quien quiera tener una comprensión completa de la complejidad que envuelve a esta primera Revolución del siglo XX, tendrá que tomar en cuenta el rol que el anarquismo desempeñó. No se puede comprender esta revolución ignorando el papel jugado por los anarquistas y su lucha por el fin de toda forma de autoritarismo.

BIBLIOGRAFÍA

- Cockcroft, James; Precursores Intelectuales de la Revolución Mexicana
- Francois-Xavier Guerra; México: del antiguo régimen a la revolución; Fondo de Cultura Económica; Ciudad de México, México; 1991; Tomo II
- Flores Magón; La Revolución Mexicana.
- Beltrán Dengra, Joaquín; La opinión sobre la Revolución mexicana (1911 – 1917) en la prensa anarquista española.
- Wheling, Jason; Influencias Anarquistas en la Revolución Mexicana.
- Montes García, Sergio; El anarquismo y la educación. Tres momentos del anarquismo mexicano.
- Zarcone, Francesco; Los anarquistas en la Revolución mexicana.
- Limones Ceniceros, Georgina; Mujer y movimiento obrero en la Revolución mexicana, 1912 – 1915.





NOTAS:
[1] Hart, John M., Los anarquistas mexicanos, 1860-1900, SEP, México, 1974 (Sep Setentas Núm. 121). p. 10. Citado en: Montes García, Sergio; El anarquismo y la educación. Tres momentos del anarquismo mexicano; Academia de Humanidades Fez-Acatln; 2007; en Internet: http://www.lahojavolandera.com.mx/
[2] Montes García, Sergio; El anarquismo y la educación. Tres momentos del anarquismo mexicano; Academia de Humanidades Fez-Acatln; 2007; en Internet: http://www.lahojavolandera.com.mx/
[3] Francois-Xavier Guerra; México: del antiguo régimen a la revolución; Fondo de Cultura Económica; Ciudad de México, México; 1991; Tomo II; p. 27.
[4] Bactra, Armando, “Prólogo” en Flores Magón, Ricardo, et al., Regeneración. 1900-1918, SEP-Era, México, 1987 (Lecturas Mexicanas, Segunda
serie, Núm. 88). p. 16. Citado en: Montes García, Sergio; El anarquismo y la educación. Tres momentos del anarquismo mexicano; Academia de Humanidades Fes-Acatlán; 2007; p. 4; en Internet: http://www.lahojavolandera.com.mx
[5] Francois-Xavier Guerra; op. Cit; p. 178.
[6] Joaquín Beltrán Dengra; La opinión sobre la revolución mexicana (1911 – 1917) en la prensa anarquista española”; Espiral, estudios sobre Estado y Sociedad; Vol. XIV No. 41; Enero/Abril de 2008; p. 177. En la web: http:// http://www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/espiral/espiralpdf/espiral41/ESPIRAL41_169.pdf
[7] John M. Hart, El Anarquismo y la clase obrera Mexicana, 1860 – 1931; Austin: The University of Texas Press; 1987; p. 92; citado en: Jason Wehling; Influencias anarquistas en la Revolución Mexicana; en la web: http:// http://flag.blackened.net/revolt/trans/cast/mexico_wehling.html
[8] Jason Wehling; Influencias anarquistas en la Revolución Mexicana; en la web: http:// http://flag.blackened.net/revolt/trans/cast/mexico_wehling.html
[9] Francois-Xavier Guerra; op. Cit; p. 41.
[10] Ídem.
[11] Cockcroft, James D., Precursores intelectuales de la Revolución Mexicana, 8ª ed, Siglo XXI, México, 1982, p. 123.
[12] Joaquín Beltrán Dengra; op. Cit.; p. 170.
[13] Francois-Xavier Guerra; op. Cit; p. 42.
[14] Jason Wehling; op. Cit.
[15] James D. Cockcroft; Precursores intelectuales de la Revolución Mexicana; Ed. Siglo XXI; México DF; 2004; p. 228.
[16] Ídem,

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