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viernes, 4 de marzo de 2011

Conflictos en Libia: ¿¿¿una nueva estratagema yankee???

El año 2011 ha comenzado sumamente agitado en el plano internacional. Esta agitación ha tenido como protagonistas a movimientos populares que en el África y Oriente Medio se han organizado y levantado para exigir reformas políticas de corte democrático. En Egipto Hosni Mubarak, un gobernante que tenía todas las simpatías de Estados Unidos, fue derrocado por un amplio movimiento popular que no estuvo dispuesto a transar. Otro ejemplo ha sido Túnez, país en el que se está desarrollando un proceso revolucionario que ha tenido una escasa cobertura por parte de los medios de comunicación. Una ráfaga de rebelión se ha levantado en los territorios del antiguo imperio musulmán, Bahrein, Yemen, Argelia y Marruecos han acompañado la agitación de Egipto y Túnez.
De estos levantamientos que han suscitado la atención internacional, el que ha tenido mayor cobertura mediática en los últimos días ha sido el de Libia. Las grandes transnacionales de la información han bombardeado a la opinión pública internacional con impactantes informaciones, que hablan de cientos de manifestantes pacíficos que han sido bombardeados abiertamente por el ejército libio. Se ha hablado de cientos e incluso miles de víctimas a manos de un Ghaddafi al que se ha demonizado como un genocida sin escrúpulos.
Sin duda la situación es sumamente confusa ya que se entrecruzan una serie de elementos que ha muchos nos podrían hacer dudar de la veracidad de la información oficial que nos llega desde las grandes cadenas de noticias, especialmente porque el diablo ha metido la cola… Las flotas estadounidenses se encuentran en las fronteras de Libia, los Partners del imperialismo yankee, España e Inglaterra, han demandado abiertamente la intervención de la OTAN aludiendo “razones humanitarias”. Por otro lado, Ghaddafi ha manifestado que todo se trata de una orquestación en contra de su gobierno, de una conspiración que busca convertir a Libia en el nuevo Irak.

Un dato no menor: Libia es el tercer país productor de petróleo en el mundo. Es el país con más alto PIB (ronda los 90.251 millones de US$) en África y es gobernado hace cuatro décadas bajo la dirección de Ghaddafi. Muhammar Ghaddafi llegó al poder en 1969 tras derrocar al rey Isdris I junto a otros oficiales jóvenes quienes llevaron a cabo una serie de reformas progresistas de corte popular, que la granjearon la enemistad del imperialismo. Libia hasta 1969 era un país en que las grandes masas populares estaban sumidas en una gran pobreza material y cultural, no obstante poseer tanta riqueza en petróleo: una altísima tasa de mortalidad infantil sumado a un analfabetismo superior al 90% son datos ilustrativos. Las riquezas petroleras estaban en manos de transnacionales que parasitaban de la riqueza de Libia a costas de la miseria de su pueblo. La revolución de los oficiales jóvenes que lideró Ghadaffi nacionalizó todo el petróleo de Libia.

Con la riqueza en manos del pueblo libio, el gobierno de Ghadaffi combatió las lacras del atraso como el analfabetismo, promovió la salud pública, modernizó la infraestructura nacional y organizó la institucionalidad en torno a la Jamahiriya, la manifestación popular del poder político, expresado en comités de participación popular. Los avances del pueblo Libio han sido notables: el analfabetismo es de un 5,5% con una inversión en educación del 2,7% del PIB, mucho mayor que la inversión en defensa que es del 1,1%, la esperanza de vida es de 74 años, la mortalidad infantil es de 18 por cada mil niños, el PIB per cápita supera los 14 mil dólares. Un gobierno con estas características, y que además se declaró en los setenta como abiertamente antiimperialista, obviamente no iba a tener las simpatías de los Estados Unidos y sus aliados. De hecho, en 1983 barcos estadounidenses intentaron asesinar a Ghadaffi bombardeando el palacio de gobierno desde el Golfo de Sitre donde resultó muerta su hija. Además, Libia ha integrado la lista de países que no se han sometido a los intereses del imperialismo yankee y que fue denominada en tiempos de la administración Bush como el “eje del mal”, junto a Irak, Afganistán, la República Popular Democrática de Corea, Bielorrusia, Venezuela, Cuba, entre otros.

Todo se vuelve confuso, difuso y extrañamente familiar en los últimos acontecimientos de Libia: un gobierno ajeno a las simpatías del imperio, rico en petróleo, y que además ha tenido un proceso político progresista y de tendencia popular, es acusado por las potencias del capitalismo de hechos horribles, como bombardear a un pacífico movimiento popular, lo que amerita la intervención militar de los clásicos héroes de la democracia y los derechos humanos… como dije, el diablo metió la cola: ¿Cabe la posibilidad de que todo sea un plan orquestado para derrocar a este gobierno y hacerse con las riquezas petroleras y que en realidad, como ha denunciado Ghadaffi, no sea un movimiento popular el que se ha levantado contra él sino un movimiento callejero sedicioso orquestado por la CIA y la Mosad israelí? ¿Qué confianza podemos tener en los monopolios comunicacionales que transmiten la información, que la pueden manipular a su antojo y que siempre se han comportado como los portavoces y confundidores de los imperialistas?

Cito a continuación las pertinentes dudas que la socióloga Luísa Bustamante ha planteado recientemente en un artículo:

“Se habla de una confusa situación, ya que el líder libio Muhammar Ghaddafi ha controlado toda la prensa y que lo poco que se sabe es a través de las redes sociales. Se habla de bombardeos y de miles de muertos pero, no hay fotos ni videos, ni evidencia. Entonces surgen las preguntas: ¿Qué pasa con los potentes satélites norteamericanos que son capaces de detectar hasta los menores detalles de las personas y ahora, nada? ¿En un país con un alto Producto Interno Bruto (PIB), donde abunda la tecnología europea no hay posibilidades de mandar videos por You Tube de las horribles masacres? ¿Quiénes son los líderes de los “manifestantes pacíficos” y cuáles son sus demandas?
“Tomando en cuenta que Libia tiene unas Fuerzas Armadas compuestas por un ejército de 50.000 hombres, una fuerza aérea de 18.000 efectivos y una fuerza naval compuesta por 8.000 integrantes, ¿Cómo pueden manifestantes pacíficos tomarse gran parte de las regiones petroleras del este de Libia, sin armas, defendidas por un ejército dispuesto a masacrar y fuertemente armado?”

Todas estas dudas son muy familiares tratándose de los movimientos político-militares estadounidenses: ¿Dónde estaban las armas de destrucción masiva? Nos seguimos preguntando muchos cuando nos acordamos de Irak y su sangrienta secuela afgana. ¿Podemos confiar en las intenciones estadounidenses? ¿Podemos confiar en sus títeres agencias comunicacionales? ¿Dónde está la invasión a Israel por su genocida ataque a la población civil palestina? ¿Dónde la condena por los derechos humanos violados por el gobierno colombiano? Todo el cinismo de los imperialistas huele a dólares. Cabe dudar.

¿Realmente hay un movimiento popular masivo en Libia en contra de Ghaddafi o es una jugada más para engañar a la opinión pública internacional y justificar una nueva invasión a un país petrolero? ¿Será Libia el tercer país en sufrir los embistes militares del imperialismo en el siglo XXI? Si es así, la agenda de Estados Unidos & Co. Ltda. va haciéndose cada vez más coherente: controlar a toda costa a las naciones que tienen el privilegio (¿o la maldición?) de poseer una riqueza tan esencial para la civilización actual como el petróleo. Además, la ya evidenciada continuidad entre la administración Bush y Obama se sigue confirmando, como no, si cambia el títere pero la mano que mueve los hilos es siempre la misma.

La Cuba socialista y la Venezuela bolivariana ya han manifestado sus desconfianzas hacia los nuevos movimientos del imperialismo. Fidel Castro ha manifestado en un artículo que:

“Se podrá estar o no de acuerdo con el Gaddafi. El mundo ha sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira, o una mezcla de hechos de todo tipo que, en medio del caos, se produjeron en Libia. Lo que para mí es absolutamente evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días.”

Chávez y el gobierno venezolano han sido más explícitos en su apoyo a Libia. La cadena de noticias AVN declaró en una nota de prensa que: “Libia, La República Árabe Popular y Socialista también está siendo objeto de ataques por parte del gobierno estadounidense, de Israel y otros países coaligados en la derecha internacional. Se trata de un proceso dirigido a desprestigiar al líder Muammar Gadaffi y opacar los logros de esa revolución”. Chávez manifestó en su twiter el apoyo abierto a Libia: “¡Viva Libia y su Independencia! ¡Kadafi enfrenta una guerra civil!" Estos dichos de Chávez han causado gran revuelo incluso en grupos que, supuestamente de izquierdas, asumen sin más la información proveniente de las grandes cadenas transnacionales, sumando incluso mal intencionadas mentiras que tienen por objeto utilizar la oportunidad para atacar al gobierno progresista de Chávez y dar un apoyo implícito a la invasión imperialista que se avecina. De esta forma la insignificante Liga de los Trabajadores Socialistas (LTS), grupo de trotskistas de Venezuela, ha aprovechado el apoyo de Chávez a Libia para lanzar dardos contra la Revolución Bolivariana y desacreditar, en la misma línea que lo hace Estados Unidos y las grandes cadenas transnacionales, al gobierno de Ghaddafi. La LTS, en un comunicado reciente, incluso ha utilizado abiertamente la mentira para desde una posición de izquierda ayudar a la derecha. En su artículo titulado “La rebelión del pueblo libio, el cinismo imperialista y la posición vergonzosa del gobierno venezolano” se afirma dos veces, sin prueba alguna, que Ghaddaffi fue un aliado de Blair y Bush en la guerra contra el terrorismo ¿Cómo se puede afirmar con ligereza esto si Libia ha sido considerado uno de los países del “eje del mal” al que se acusa de varios atentados terroristas? La posición de los trotskistas puede considerarse un elemento más para dudar, ya que siempre han utilizado la información divulgada por el imperialismo para desde una posición de izquierda atacar a cuanto gobierno progresista, antiimperialista y socialista se encuentra en apuros, ya lo han hecho con la URSS de Stalin, con Cuba, Vietnam y la Corea Popular.

La versión “oficial” nos habla de un genocida dictador que ha aplastado sangrientamente la revuelta pacífica de la población civil, ante lo cual los países “civilizados” del capitalismo acuden en defensa de los derechos humanos, la democracia y la libertad.

Pero las dudas nos pueden llevar por otro camino: aprovechando las revueltas en el mundo árabe, es decir aprovechando la crisis, Estados Unidos & Co. han montado un golpe de Estado disfrazado de “movimiento popular” que ha sido aplastado implacablemente por Ghaddafi, lo cual, utilizando el poder de los mass media, se ha transformado en una excusa para pasar a la segunda etapa de la ofensiva imperialista contra uno de sus odiados enemigos: la intervención militar. Intervención militar que está siendo acompañada de una colosal campaña de desinformación y mentiras, como ya han hecho con Irak y Afganistán y con los ataques hacia Irán y la República Democrática Popular de Corea.

Si podemos dudar basados en lo que muchos llaman “teorías conspirativas”, es porque la conspiración y la mentira ha sido la táctica habitual del imperialismo, siempre dispuesto a dar un nuevo zarpazo.


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