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jueves, 15 de abril de 2010

DICTADORES QUE ECLIPSAN AL SOL: PAPA Y BABY DOC


En la actualidad Haití está destruido. Tras el terremoto, Puerto Príncipe quedó en ruinas y las muertos se han contado por miles. La sociedad más pobre de América pareciera estar maldita. Antes una cruenta guerra civil asolaba a su territorio y gente, que posee el pasado glorioso de ser el primer país independiente de latinoamerica y de que sus esclavos negros en 1808 sacudieron el yugo de la ocupación francesa derrotando a los ejércitos de Napoleón y creando el primer Estado negro.

Además de este pasado glorioso, Haití ha estado sumido a las constantes intervenciones norteamericanas y el acogotamiento económico de estar condenado por el capitalismo a ser una país monoexportador.

Pero Haití también ha sido golpeado por otro tipo de males, especialmente terribles como el encarnado en la locura de una dinastía de mesías negros que arrastraron por tres décadas una dictadura que acentuó la desigualdad y la crueldad. Estos mesías son los Duvalier.

Francoise Duvalier, Papa Doc, llegó al poder tras un golpe que prometía liberar a la población negra de la esclavitud y el dominio de la elite mulata. Su hijo, Jean-Claude Duvalier, Baby Doc, lo sucedió en el cargo de "presidente vitalicio". Su "Revolución social" causó la muerte de 40.000 personas y el exilio de 1.000.000. Casi todos a manos de los Tonton Macoutes, los matones de Baby Doc que, armados con machetes, ejecutaron la represión. En palabras de Baby Doc estas milicias fueron las tejedoras de su "revolución social".

Padre e hijo fueron devotos del vudú, religión ancestral que trajeron desde África. Esto les trajo muchos problemas con el Vaticano llegando incluso, en los tiempos de Papa Doc a cambiar el padre nuestro por esta curiosa versión:

"Papa Doc nuestro que estás de por vida en el Palacio Nacional, santificado sea tu nombre por las generaciones actuales y futuras. Hágase tu voluntad así en Puerto Príncipe como en las demás provincias. Danos hoy nuestro Haití y no perdones las deudas de los antipatriotas que escupen cada día sobre nuestro país. Indúcelos a la tentación y, bajo el peso de su propio veneno, no los liberes del mal"

El gobierno además de sus armados Tonton Macoutes, estaba apoyado por fuerzas mágicas y oscuras. Bizango, la sociedad secreta vudú más importante de Haití se aseguraba de maldecir a todos quienes se oponían a los Duvalier. Su bandera roja y negra (sangre y noche) y su lema "Orden y Respeto a la Noche" lo demostraban... la noche eran Papa y Baby Doc.

Papa Doc se sentía el heredero legítimo de los héroes haitianos. En las escuelas se enseñó por décadas el siguiente catesismo:

Pregunta: "Quiénes son Dessalines, Tousaint-Laverture, Christophe, Petio y Estime"

Respuesta: Dessalines, Tousaint-Laverture, Christophe, Petio y Estime son 5 jefes de Estado diferentes que están encarnados y forman un único y sólo presidente en la persona de Francoise Duvalier"

El mismo "presidente vitalicio" en 1964 dijo, hablando en tercera persona, en un discurso a sus atemorizados súbditos "El dr. Duvalier es un gigante que puede eclipsar al sol... la multitud lo escuchaba arrodillada.

Estos dictadores locos se creían no sólo como los salvadores y benefactores de su pueblo, sino como constructores de la democracia y con descarada incoherencia lo expresaban. Ricardo Orizio, en su libro "Hablando con el diablo Entrevistas con dictadores", nos cuenta que "A lo largo de la carretera que conduce a Port Leogan, el Ministerio de INformación había colocado una gran valla publicitaria en la que se podía leer: 'Me gustaría presentarme ante el tribunal de la HIstoria como el que fundó de manera irreversible la democracia en Haití". Firmado: "Jean-Claude Duvalier, presidente vitalicio". Como si el adjetivo "vitalicio" no estuviera en contradicción con la frase y con el principio mismo de la democracia (141).

Mientras el azotado pueblo de Haití moría de hambre y de machetes en las calles el palacio de Papa y Baby Doc estaba revalsando de lujo. Aun así estos locos estaban seguros de que gobernaban para su pueblo y que el país nunca estuvo mejor que bajo su mano protectora. Aun así Baby Doc hace esfuerzos por volver al poder en la actualidad, más sorprendente aun, hay una comunidad de haitianos que mira con añoranza los años de Baby Doc ya que la locura no es patrimonio exclusivo de los dictadores, sino que también se hace presente en los locos aquellos que necesitan estar sujetos a la figura fuerte y represora, que se tragan los discursos de orden. Aun hay quienes apoyan a Franco o a Pinochet, la memoria es débil, y más aun si no se tienen muchas ideas en el cerebro.

Las naciones pueden ser golpeadas por terremotos, hambre, guerras y pobreza, pero cuando la locura ataca a un país se proyecta sobre las hombres la dimensión más oscura y brutal de la existencia política de los seres humanos. Dictadores mesías, ególatras y asesinos, usados como piezas de ajedrez por la oscura elite mundial que nos ha esclavizado por siglos.


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